Nuevamente
volvemos por ésta parte de la Sierra de Segura para realizar un
recorrido, y es que esta recóndita, abrupta y salvaje zona serrana
nos tiene cautivados. Ascender a las aldeas desde el embalse del
Tranco por cualquiera de los barrancos que vienen a morir aquí es
una aventura inolvidable; densos bosques que semejan selvas en el
fondo de los barrancos, saltos de agua y cascadas, vertiginosas
cerradas, poyos y cortados harán las delicias de cualquier amante de
las montañas.
Pero
cuando recorremos éstos intrincados valles y barrancos no paramos de
ver restos , señales ,de que no hace tantos años el paisaje tuvo
que ser muy diferente al de hoy en día, menos denso en vegetación y
con bastante trasiego de gentes de aquí para allá. Recorremos
viejos senderos, casi perdidos o perdidos del todo, autenticas
carreteras para los serranos de la época y muchos restos de
cortijos, cortijadas, tinadas, bancales de cultivo y pequeñas
manchas de olivos y árboles frutales.
Es
una pena que todo éste rico patrimonio etnográfico junto con toda
su toponimia se pierdan en el olvido. Ahora los que recorremos éstos
lugares tenemos que conformarnos con los topónimos que los mapas
topográficos , a veces de forma un tanto arbitraria otorgan a los
lugares, quedándose la mayoría de cerros, arroyos, lomas y restos
de cortijos sin nombre, sin identidad, sin historia. Para la mayoría
de la gente éste Parque Natural es tan solo el más extenso bosque
de pinos de España, donde es fácil visualizar grandes ungulados y
hay agua por todas partes; pero los que vamos conociendo un poco más
fondo éste paraíso natural sabemos que es mucho más.
Ruta
larga y dura por el desnivel a salvar, sin grandes dificultades
técnicas, casi todo el recorrido por caminos y senderos o por lo
que va quedando de ellos ,donde el incipiente otoño da una nota de
color a una zona de belleza exultante.
Comenzamos
nuestra andadura en el Puente de Hierro, donde estacionamos el
vehículo y al cual llegamos por a la pista que va junto al embalse
del Tranco por su orilla derecha y a unos 13 kilómetros del camping
Llanos de Arance.
Durante
unos 6 km caminaremos por ésta pista dirección Norte, casi todo el
tiempo junto al embalse e inmersos en un mar de nubes, lo que daba al
paisaje un aspecto fantasmagórico. Pasamos los arroyos del Lobo o
Cañete y el de la Cerrada para antes de llegar al arroyo del Montero
en una bifurcación de pistas, seguir la de la izquierda, que se va
alejando del embalse en dirección NE, hacia el arroyo Frío. Pasamos
junto a las ruinas de unos cortijos y al poco encontramos la barrera
que corta el paso a los vehículos. En pocos metros cruzamos el
arroyo Frío y tomamos un carril de mucha menor entidad a la derecha,
al SE.
Éste
carril acompañara durante algo menos de 2 km el fantástico curso de
arroyo Frío hasta que finaliza , para continuar por sendero. La
remontada de éste arroyo es impresionante, encajonado entre
formidables paredes pétreas, con cascadas y rápidos, cuevas en roca
porosa toba y un denso bosque de galería y pinares ;lástima que la
primera parte da la misma fue entre el mar de nubes y no nos dejo
disfrutar con plenitud .
Una
vez acabado el carril , tomamos un sendero tras cruzar el cauce del
arroyo (que tras fuertes lluvias puede suponer un problema), que
asciende en fuerte pendiente hacia el Este hasta llegar a las ruinas
del cortijo de Eliseo o de las Malezas del Muerto . Desde aquí las
vistas son formidables, el impresionante barranco de arroyo Frío, el
mar de nubes cubriendo el embalse del Tranco y la sierra de las
Lagunillas y las Villas tras él.
Descendemos
poco a poco hasta el curso del arroyo, sin sendero definido, entre
olivos , bancales de cultivo invadidos de maleza y bajo unos
cortados, que no nos dejan más opción que llegar al lecho del
arroyo. Enfrente tenemos una pequeña cascada y unos abrigos y
covachas , fruto del agua cuando el arroyo baja pletórico. Hacia
estas covachas nos dirigimos, cruzando el arroyo y bordeando un poco
en busca del sendero, que a partir de ahora está mucho más
desdibujado, siendo difícil seguirlo.
Pero
a partir de ahora seguiremos siempre por su margen natural izquierda,
hacia el SE, casi más campo a través que por sendero, no parando de
sorprendernos ante la espectacularidad de los paisajes que se abren
ante nuestros ojos. Llegamos a la ruinas del cortijo de los
Coloraillos y enfrente tenemos una formidable cerrada coronada por
una densa chopera que luce sus galas otoñales; la estampa es de
postal.
Vamos
llegando a la cabecera del arroyo, un circo montañoso donde varios
torrentes lo forman. Ahora el terreno es mucho más abierto , sin
tanta vegetación y con formidables y casi imposibles formaciones
rocosas. Ya vemos las casas de Artuñedo sobre éste circo y el
sendero poco a poco va siendo más claro. Pasamos junto a las ruinas
de un cortijo y al poco el sendero si toma más entidad. Éste
sendero lleva hasta Artuñedo, nosotros lo abandonamos para atajar,
pero es recomendable seguirlo para allí tomar el que nos llevará a
Peña Amusgo.
Desde
Artuñedo hacia el Sur, sale el sendero que bordea el Cerro Tolaillo
para llegar a Peña Amusgo, bien definido y con marcas verdes para no
perderlo . A medio camino paramos en un impresionante mirador natural
para comer y descansar. Desde aquí divisamos todo el valle del
arroyo de los Centenares con las Banderillas de fondo y el de las
Espumaderas a nuestra izquierda, para mi ésta estampa es de las más
bellas de éstas sierras.
Al
pasar junto a Peña Amusgo, otro lugar emblemático que bien merece
una visita, decidimos no subir a su cima, el tiempo apremiaba y no
queríamos que nos pillara el anochecer en el barranco del arroyo de
las Huelgas o Espumaderas. Así que seguimos el sendero hacia el Sur,
pasando sobre la cabecera del arroyo del Lobo y teniendo fantásticas
panorámicas del Tranco y de la Sierra de las Villas.
El
sendero, bien definido, comienza a descender de manera más acusada
al SO hasta el maravilloso paraje de las Huelgas. Pasamos junto a
unas ruinas, que al juzgar por el tipo de construcción debió ser
una gran casa forestal; caminamos al Oeste, siguiendo el curso del
arroyo aguas abajo. Éste se precipita en una cascada, momento de
cruzar a su orilla izquierda, donde ya se ve claro el sendero,
jalonado de hitos que pasa sobre la espectacular Cerrada de Parrate.
Seguimos
hacia el Oeste y nos desviamos a la derecha a un espolón sobre la
Cerrada, es un privilegiado mirador natural. Estamos situados en lo
alto de unas paredes verticales de muchos metros sobre el arroyo de
las Huelgas, es la parte más espectacular de la Cerrada de Parrate.
Desde
aquí hasta que llegamos casi al lecho del arroyo el sendero está
mucho menos definido, prácticamente perdido. Desciende muy
bruscamente hacia el Oeste primero y Norte después; hay rastros de
lo que parece ser fue el sendero y con un poco de intuición se
encuentra el mejor camino. Hay que tener precaución en éste
descenso.
Una
vez en el lecho del arroyo tenemos la opción de adentrarnos un poco
en la cerrada para disfrutar de ésta maravilla, donde una sucesión
de pequeñas cascadas se precipitan entre altísimas paredes de roca.
Nosotros sin embargo y como ésto ya lo habíamos hecho en otra
ocasión, decidimos seguir un poco aguas abajo entre viejos bancales
para divisar otras pequeñas cascadas, sin duda una imagen preciosa.
Tomamos
el sendero que nos lleva hasta las ruinas de un cortijo, entre
bancales, y ya desde aquí seguimos por otro que nos llevará hacia
el NO hasta la pista forestal de la Fuente del Roble. Éste sendero
va siempre paralelo al arroyo y a cierta altura sobre el mismo,
estando a veces un poco invadido de maleza o con algún pino muerto
sobre el mismo, pero prestando atención se sigue sin demasiados
problemas.
Finalmente
llegamos a la mencionada pista, que seguimos a la derecha, hacia el
Este y que en algo menos de 3 km desciende hasta el Puente de Hierro.
Análisis ibp index
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Comenzamos al amanecer inmersos en un mar de nubes, lo que confiere al paisaje un aspecto fantasmagórico. |
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Tras unos 6 km de pista ,nos desviamos un poco para visitar éstos cortijos en ruinas. |
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Al poco de pasar la barrera que corta el paso de vehículos, tomamos un camino que transcurre junto al arroyo Frío. |
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Aunque no pudimos disfrutar plenamente del paisaje de ésta parte del recorrido..... |
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....la niebla sin duda le confiere su encanto. |
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Llegando al cortijo de Eliseo, en las Malezas del Muerto , salimos del mar de nubes contemplando éste espectacular paisaje con la Sierra de las Lagunillas y las Villas de fondo. |
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Manu y Miguel, dos grandes compañeros de ruta. |
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Increíble lugar donde se asentaba el cortijo de Eliseo. |
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Las ruinas del cortijo. |
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Junto a una pequeña cascada se encuentran estas covachas en el arroyo Frío. |
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Otras covachas en roca porosa de toba en el marco de un espectacular bosque con el suelo tapizado de helechos. |
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A la izquierda las ruinas del cortijo de la Majá la Vaca, o quizá se llame de otra manera, quien sabe; la verdadera toponimia de estos lugares se perderá en el olvido . |
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Espectacular cerrada con una densa chopera empezando a mostrar sus galas otoñales. |
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Ruinas del cortijo de los Coloraillos. |
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No nos resistimos a dejar de fotografíar ésta espectacular cerrada y formaciones rocosas. |
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Tres de los cortijos por los que pasamos en el barranco del arroyo Frío: Eliseo, Majá la Vaca y Coloraillos. |
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La cabecera de éste arroyo..... |
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....es simplemente espectacular. |
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Ya divisamos nuestro siguiente objetivo: las casas del Artuñedo. |
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Pero mientras avanzamos hacia Artuñedo..... |
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....no podemos dejar de mirar atrás...... |
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....para contemplar... |
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....éste PARAÍSO. |
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en los bancales de Artuñedo. |
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Magnífico lugar en el que está emplazada ésta aldea. |
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Zona de Artuñedo con el Yelmo de fondo. |
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Desde un mirador natural camino a Peña Amusgo nos encontramos con ésta impresionante postal. |
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Las Banderillas de fondo y todo el valle del arroyo de los Centenares con la aldea homónima presidiendo el mismo. |
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El Artuñedo. |
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Fantástica, Peña Amusgo o Mujo. |
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Una lástima que el tiempo nos apremiara y no poder subir a su cima. |
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Enormes panorámicas desde la zona de Peña Amusgo, camino de las Huelgas. |
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Sierra de las Villas, Cabeza de la Viña ,embalse del Tranco...... |
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Vamos a comenzar a descender hacia las Huelgas; ya vemos el barranco por el que descenderemos, el de las Huelgas o Espumaderas, donde se sitúa la Cerrada de Parrate. |
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El bellísimo paraje de las Huelgas. |
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Nos vamos acercando a la impresionante Cerrada de Parrate. |
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Desde el mirador natural sobre la cerrada. |
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Vista hacia las Huelgas. |
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Los abismales cortados bajo nuestros pies. |
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¡Sin palabras! |
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Pequeñas cascadas y saltos de agua en el arroyo de las Huelgas. |
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La Cerrada de Parrate va quedando atrás..... |
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...y a pocos kilómetros de concluir la ruta nos asaltan bellas estampas. |
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En el Puente de Hierro, punto y final a ésta maravillosa ruta circular. |
¡Espectacular! esta zona de la Cerrada del Parrate. De esta temporada no pasa que la haga.
ResponderEliminarUn saludo.
Bellisímo lugar !.Ya van tomando color Otoñales la sierra.Un saludo.
ResponderEliminarEs una zona preciosa y merece la pena ser conocida. ¡Un saludo a los dos!
ResponderEliminarSimplemente: preciosa ruta estupendamente descrita. Tengo ya ganas de retornar a esos lugares siguiendo alguna de tus indicaciones. No creo que tarde mucho ya.
ResponderEliminarSalud y Montaña.
Hola Carlos.
EliminarViendo las fotos verás lo espectacular que es la zona. A mi es un rincón que especialmente me gusta mucho y por cualquiera de las rutas que tengo subidas es una pasada.
Espero que visites pronto estos parajes, te gustarán.
Un abrazo.