Gran
ruta por el sector más meridional de la extraordinaria Sierra de las
Villas, en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas,
recorriendo algunos de los rincones más desconocidos de la misma.
Para
empezar la bellísima cascada de la Palomera o de Hoyo Redondo, cuyo
acceso es complicado, por la pendiente, con terreno suelto y la densa
vegetación que tapiza el mismo. Y si impresionante es situarse junto
a esta cascada, a pesar de su escaso caudal, no menos impresionante
es llegar a la parte superior de la misma a través de una escalera
de toba. Si bien hay que decir que para llegar a la misma, el sendero
está desaparecido y hay que ascender por un terreno muy escarpado
con pequeñas trepadas.
Después
ascendemos a la singular peña del Narigón, que vista desde muchos
ángulos hace honor a su topónimo y desde la que se obtienen grandes
panorámicas de gran parte de este Parque Natural, de Sierra Mágina
y de la campiña olivarera.
Durante
algunos kilómetros recorremos el GR-247, pasando por el refugio de
la Fuente de la Zarza y a través de un magnífico sendero de
herradura llegamos al paraje de los Palancares.
Por
el precioso sendero de la Cumbre llegamos al cortijo del Tranco del
Acebo, donde tomamos la impresionante escalera (como llaman es esta
sierra a los pasos entre grandes paredes pétreas y así acceder a
las partes más altas. De esta forma se comunicaban unos cortijos y
navas con otros), que nos permite descender a la zona del Aguascebas.
Si
hay un rasgo común en toda la ruta, es su carácter etnográfico ,
la antropización del paisaje, restos de que antaño muchos de estos
rincones estuvieron habitados y aún lo siguen estando, a diferencia
de otras zonas de este Parque Natural. Y por su puesto donde hubo
gentes, hay caminos , hay senderos, restos de bancales donde se
roturaba la escasa tierra fértil, fuentes...
Estacionamos
el vehículo en el cortijo de la Canaleja o de la Tía Eufemia (según
el mapa que consultemos cambia el topónimo), muy cerca del Embalse
de Aguascebas, donde hay una pequeña explanada al efecto.
Caminamos
unos metros por el asfalto hacia el suroeste y tomamos el tercer
carril que sale a nuestra izquierda, junto a las ruinas del cortijo
de Caracho o Garacho. Este carril lo seguimos hacia el sur, junto al
arroyo de la Canaleja hasta que llegamos al cortijo de Amores, donde
cambia bruscamente de dirección (al noreste) y abandona el arroyo de
la Canaleja , para remontar la vertiente del arroyo de Plaza o de
Hoyo Redondo (todos estos arroyos forman el río Cañamares).
Pasamos
junto a varios cortijos, como el de Tapuelas y el de Oliver. En las
intersecciones y cruces, seguimos de frente , en busca del anfiteatro
donde se sitúa la cascada de la Palomera y que ya empezamos a ver.
Llegamos
a una puerta que cierra el carril y a la derecha arranca otro que
lleva hasta el cercano cortijo del Molino.
Un
poco antes de llegar a la valla de este último cortijo, tomamos a la
derecha un pequeño carril que vadea el arroyo de Hoyo Redondo. Al
poco de vadear el arroyo a la izquierda hay una valla tirada por
donde pasamos a un bancal. Buscamos la orilla izquierda del arroyo
(la derecha de nuestra marcha). Un senderete acompaña esta orilla
aguas arriba y una manguera nos puede servir de guía. La vegetación
es densa, pero por ahora se puede pasar sin problemas. Llegamos a un
punto donde el sendero se acerca bastante a la orilla y la
vegetación hace ya muy difícil seguir por donde vamos, por lo que
es el momento de vadear el arroyo y seguir por el margen derecho (el
izquierdo de nuestra marcha). Con agua abundante puede ser un
problema hacerlo sin mojarnos.
Seguimos
por donde la vegetación nos lo pone menos complicado, pero lo mejor
es de momento alejarse del arroyo ascendiendo hacia los ya cercanos
cortados del anfiteatro de la Palomera. El terreno es muy pendiente y
suelto, aunque no reviste peligrosidad.
Ya
muy cerca de los cortados la vegetación es más clara y hacia el
sureste vamos en busca de nuevo del arroyo. Estamos muy cerca de la
cascada de la Palomera, hay una gran roca entre ella y nosotros. Hay
que subir a esa roca y por su lado izquierdo se puede hacer. Hay que
realizar una pequeña trepada, donde hay que extremar la precaución,
pues la cercanía de la cascada puede hacer que las rocas estén
mojadas y nos podamos escurrir.
Desde
esta roca podemos admirar en toda su plenitud la magnífica cascada
de la Palomera; a uno le embarga la sensación de ser un privilegiado
al encontrarse en un paraje de tanta beldad.
Por
detrás de la roca seguimos ascendiendo por una torrentera muy
escarpada, por donde debió ir un zigzagueante sendero ya
inexistente. Al poco tiempo vemos a nuestra derecha lo que
buscábamos, la escalera esculpida el roca toba de la que nos habían
hablado y que tantas ganas teníamos de ascender. Tiene breves metros
pero parece mentira por donde buscaban los serranos los pasos entre
los grandes paredones pétreos. Quien vea a una cierta distancia el
anfiteatro de la Palomera difícilmente se puede creer que junto a su
cascada haya un sendero.
La
escalera de toba termina justo donde las aguas del arroyo de Hoyo
Redondo se desploman en la cascada de la Palomera. Seguimos el
sendero hacia el este, junto a las aguas del arroyo hasta que
llegamos a la zona donde se sitúan las ruinas del cortijo de
Cañamarillos (aunque por su arquitectura parece una casa forestal).
Seguimos
remontado el arroyo por un sendero hasta que llegamos a una amplia
explanada donde se unen varios arroyos y llegan dos carriles.
Seguimos el carril que hacia el sur remonta un barranco, pasando por
la fuente del Cerezo, nacedero que brota desde el suelo.
Llegamos
a las ruinas de la casa forestal de Hoyo Redondo, donde abrimos una
puerta en un vallado para poder continuar. Ahora el carril se torna
muy difuso entre viejos bancales de cultivo, pero no hay perdida, hay
que remontar el barranco hasta llegar a un collado que hay en la
parte superior del mismo. Un poco más adelante vuelve a adivinarse
el carril, bueno ,más bien un jorro maderero cubierto de vegetación
y que va entre el pinar y una zona que se quemo hace años.
Llegamos
al collado ,donde hay un vallado. Las vistas desde aquí empiezan a
ser espectaculares. A nuestros pies el valle del río Cañamares,
enfrente la Sierra de Cazorla y el valle del Guadalquivir con su
campiña olivarera. Seguimos hacia la peñas que tenemos a nuestra
izquierda. Vamos hacia el este por veredas de ganado, por un terreno
muy erosionado y despejado.
Ya
vemos la peculiar peña del Narigón , hacia la que nos dirigimos
.Vamos campo a través hacia el sureste, por un terreno que no es
complicado. Cruzamos un carril y seguimos en la misma dirección,
ahora entre un denso pinar, en suave ascenso. Tomamos una senda, que
encontramos de casualidad y que en un principio pensábamos que era
de ganado, pero por su trazado seguro que es obra de la mano del
hombre.
Esta
senda pasa por debajo de los cortados del Narigón y llega a un
collado. Más tarde retomaremos la senda para llegar a la pista por
donde discurre el GR-247 en el Collado de los Plomillos.
Ahora
ascendemos hacia el oeste primero, norte después, a la cima del
Narigón. Como mencione antes las vistas desde esta peña son
fantásticas. Tras recrearnos un rato con tan bellas panorámicas
tomamos el anterior sendero y hacia el sur llegamos al collado de los
Plomillos.
Siguiendo
por pista y coincidiendo con el GR-247 Bosques del Sur, hacia el
noreste, durante algo más de 4,5 kilómetros llegamos al Collado de
la Nava del Puesto, pasando antes por las ruinas de los cortijos del
Tío Comino y de la Fuente de la Zarza, (reconvertidas estas últimas
en refugio para senderistas con la creación del sendero de gran
recorrido).
Cerca
del Collado de la Nava del Puesto, hay una bifurcación de senderos
junto a una vieja caseta forestal. Tomamos el de la izquierda
abandonando el GR-247.
Seguimos
ahora un maravilloso sendero de herradura, con partes bien
conservadas con muros de mampostería. Este sendero es denominado en
los mapas topográficos como “camino de la cumbre” y durante todo
su recorrido esta señalizado con dos franjas blancas paralelas
pintadas en troncos de pinos y en rocas. Este sendero va bordeando el
espectacular circo montañoso de Hoyo Redondo, formado por picos como
el Puntal de las Cabras, el Narigón, el Caballo de la Zarza, Nava
del Puesto, Morra de los Pinos Blancos, Pez de Trigo, La Cumbre....
En
un principio vamos dirección noroeste hasta llegar al collado de los
Palancares. Aquí hay intersección de senderos, aunque muy difusos
todos ellos, nosotros seguimos en la misma dirección que llevábamos
, al noroeste, pero antes nos asomamos para ver el cercano cortijo en
ruinas de los Palancares con el Pardal de fondo.
El
sendero se va viendo de nuevo con nitidez. Pasamos por el paraje de
la Cruz del Helado y casi sin darnos cuenta llegamos al cortijo del
Tranco del Acebo.
Desde
este cortijo seguimos el sendero hacia el oeste, descendiendo por una
preciosa y zigzagueante escalera hasta que llegamos a un carril que
lleva a un cercano cortijo.
En
este punto hay que advertir que nosotros seguimos el carril hacia el
suroeste y que nos lleva al punto de inicio de la ruta, pero hay que
saltar dos puertas cerradas con candados. Por lo que recomiendo
seguir el sendero , que sigue señalizado con las dos franjas
paralelas blancas y que atraviesa el carril ,descendiendo hacia el
oeste a través de la escalera de la Lancha Candiles y que también
nos lleva al punto de inicio, acortando algunos metros, sin tener que
saltar puertas y por senda , que es siempre es mejor que la pista.
|
Partimos desde el cortijo de la Canaleja o de la Tía Eufemia. |
|
Por el carril que transita junto al arroyo de la Canaleja. |
|
En el cortijo de Amores cambiamos a la vertiente del arroyo de Hoyo Redondo. |
|
El anfiteatro de la Palomera. |
|
Llegamos al cortijo del Molino. |
|
Tras una zona algo dificultosa por la densa vegetación y el terreno suelto nos acercamos a la cascada. |
|
Cascada de la Palomera entre increíbles formaciones de roca toba. |
|
A pesar del escaso caudal la cascada es espectacular. |
|
Altos cortados nos rodean. |
|
Roca a la que debemos encaramarnos para poder continuar. |
|
Impresionante la Cascada de la Palomera. |
|
Por donde hay que ascender para encaramarse a la roca. |
|
No es demasiado complicado, pero hay que trepar un poco. |
|
El valle del Cañamares. |
|
Otro tramo un poco "complicado" para llegar.... |
|
...a la escalera de toba. |
|
Impresionante paso por encima de la cascada. |
|
Tramo final de la escalera de toba... |
|
...que en breves metros nos lleva al cortijo de Cañamarillos. |
|
Surgencia de agua en Fuente Cerezo. |
|
Vallado en la Casa Forestal de Hoyo Redondo. |
|
Ruinas de la Casa Forestal de Hoyo Redondo. |
|
Llegamos al Collado de Pedro Gómez, desde el que podemos disfrutar de grandes vistas. |
|
La Sierra de Cazorla. |
|
Camino del Narigón también disfrutamos de muy buenas panorámicas de este rincón Villano. |
|
El anfiteatro montañoso que forma Hoyo Redondo. |
|
El Puntal de las Cabras. |
|
Cada vez más cerca del singular Narigón. |
|
Ascendiendo por una zona que sufrió el azote de los incendios. |
|
Al fondo los Vilchetes y Navazalto. |
|
En la cima del Narigón, divisando el Caballo de la Zarza, la Morra de Pinos Blancos, Pez de Trigo... |
|
Al fondo las sierras de Cazorla y del Pozo. |
|
Sierra Mágina al fondo. Lástima que el día tuviera una atmósfera tan turbia. |
|
En la punta del Narigón. |
|
Amplias panorámicas se dominan desde aquí. |
|
La campiña olivarera. |
|
Por el GR-247... |
|
...nos despedimos del Narigón. |
|
Pasamos por las ruinas del cortijo del Tío Comino.... |
|
...y llegamos al refugio de la Fuente de la Zarza... |
|
...levantado sobre las ruinas del viejo cortijo con la creación del GR-247 (algo positivo tendría que tener este sendero). |
|
Tapuelas del viejo cortijo de la Fuente de la Zarza con las Banderillas de fondo. |
|
En el collado de la Nava del Puesto. |
|
Vieja caseta forestal donde se bifurca el sendero... |
|
...y abandonamos el GR-247 para tomar el Camino de la Cumbre. |
|
Precioso sendero de herradura. |
|
El narigón visto desde el otro lado del anfiteatro de Hoyo Redondo. |
|
Una delicia caminar por estos senderos. |
|
Hoyo Redondo. |
|
En el collado de los Palancares. |
|
Ruinas del cortijo de los Palancares con el Pardal de fondo. |
|
La Morra de Chorrogil. |
|
La Morra de los Cerezos con su vieja caseta. |
|
Cortijo del Tranco del Acebo. |
|
Vilchetes , Navazalto y la Lancha de Candiles |
|
Paso o escalera en el Tranco del Acebo. |
|
La Morra. |
|
Cortados de las Buitreras. |
|
Cortijo de Santoya. |
|
La Lancha de Candiles. |
|
La zona de la Palomera. |
|
Casi a punto de concluir, una bella estampa impregna nuestras retinas: Navazalto y el pequeño y coqueto embalse de Aguascebas o Guarondo. |
|
Otra perspectiva diferente de la Morra de Chorrogil. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario