No
solo la alta montaña Nevadense es una alternativa para rutear en los
rigores del estío en estas latitudes , hay otras opciones, como
madrugar bastante y realizar un recorrido de corto kilometraje para
acabar cuando apriete el agobiante calor. También podemos realizar
rutas ribereñas, a la sombra de la densa vegetación que suele
tapizar estas zonas y siempre cerca del agua para poder refrescarnos.
En
esta ocasión realizamos una combinación de estas dos últimas
opciones. Madrugamos para con la fresca acometer el duro ascenso a la
Boca de la Pescá (600 metros de desnivel en unos 2,5 kilómetros) y
el regreso con un sol de justicia haciendo de las suyas la hicimos
por la Vereda de río Dílar, refrescante y divertida experiencia,
donde apenas notamos el calor.
La
ruta no reviste apenas dificultades, ya que toda ella discurre por
preciosos senderos, bien marcados y algunos señalizados y balizados.
Solo recordar que en el ascenso a la Boca de la Pescá hay que
superar un fuerte desnivel. Hay algo de piedra suelta ,que realizando
la ruta en sentido inverso al que lo hicimos nosotros, junto al
fuerte desnivel, puede comprometer el trayecto en descenso a las
personas menos acostumbradas a este tipo de recorrido (aún sin
llegar a ser peligroso).
La
Vereda del río Dílar vadea en incontables ocasiones el curso del
agua, por lo que con el río crecido si no queremos mojarnos los pies
puede resultar una tarea casi imposible. Nosotros nos pertrechamos de
unas viejas botas y en ningún momento intentamos no mojarnos, todo
un disfrute en verano.
La
ruta comienza en el amplio aparcamiento del área recreativa del río
Dílar, donde también se sitúa el Aula de la Naturaleza Ermita
Vieja. Hasta aquí se llega desde la localidad de Dílar a través de
unos 4 kilómetros de estrecha carretera.
Comenzamos
a caminar hacia el este por la pista que lleva hasta la Central
Hidroeléctrica de Nuestra Señora de las Angustias, pasando por las
instalaciones de recreo situadas junto a la orilla de río Dílar
(área recreativa).
Cuando
hemos caminado algo más de un kilómetro y un poco antes de llegar a
la Central Hidroeléctrica ,a nuestra izquierda arranca un sendero
con un cartel que nos indica la dirección para ascender a la Boca de
la Pescá.
Empezamos
el empinado ascenso hacia el norte, por un precioso y zigzagueante
sendero. Los numerosos zigzags hacen que el ascenso sea bastante
cómodo mientras vamos obteniendo preciosas vistas conforme ganamos
altura: el valle del río Dílar, los agrestes Alayos, la densa
sierra del Manar...
Casi
sin darnos cuenta llegamos a la cámara de carga de la central
hidroeléctrica, donde el agua que viene del Canal de la Espartera
cae a plomo a través de una tubería hasta la central superando más
de 400 metros de desnivel en su caída. Las ruinas de una vieja casa
(del guarda suponemos) acompañan a estas instalaciones.
En
este punto el sendero señalizado sigue hacia el noroeste hasta
llegar al Collado Sevilla , acompañando al Canal de la Espartera.
Pero nosotros seguimos otro mucho mas empinado, precario y sin
señalizar que hacia el noreste asciende a la primera cima de esta
montaña bicéfala que es la Boca de la Pescá y donde se sitúa una
caseta de vigilantes de incendios.
Las
vistas desde aquí son vastas e impresionantes, lástima que la
visibilidad en estos días veraniegos sea pésima. Pero distinguimos
bastantes unidades orográficas de esta parte de Andalucía, tanto de
la cordillera Subbética como Penibética y la amplia vega Granadina,
con su capital casi al alcance de la mano.
Hacia
el este nos dirigimos por un vericueto a la cima gemela y de mayor
altitud, también más puntiaguda y agreste, la que recibe el nombre
de Boca de la Pescá (1.518 m). Desde aquí dominamos sobretodo el
valle del Dílar, cuerdas del Trevenque y Alayos, altas cumbres de
Sierra Nevada...
Regresamos
al collado entre las dos cimas y tomamos el precario vericueto que
hacia el norte nos lleva al cercano sendero que desde la zona de la
Fuente del Hervidero lleva a la caseta de vigilantes de la Boca de la
Pescá. Este sendero lo tomamos a la derecha, descendiendo hacia el
norte.
Después
va tomando dirección noreste y bordea el cerro de las Pipas, pero
nosotros nos desviamos un poco para subir a su cercana cima.
Tras
descender el sendero toma dirección este para llegar al aparcamiento
del Collado Sevilla, pasando antes por el mirador del Río Dílar.
En
el collado Sevilla tomamos el sendero (señalizado) que se dirige
hacia el sur y pasa cerca de las ruinas del cortijo Sevilla (de
seguir integramente este sendero nos llevaría a la toma del canal de
la Espartera). Este espectacular sendero casi volado en algunas
ocasiones sobre el río Dílar, discurre paralelo y unos metros más
abajo del canal de la Espartera en la cara sur de la cuerda del
Trevenque. Recorre zonas de arenales dolomíticos de gran belleza,
semidesiertos que contrastan con los densos pinares que tapizan
sobretodo las cara norte de estas sierras. Las vistas casi continuas
sobre el río Dílar y los agrios y agrestes Alayos son
espectaculares.
El
sendero atraviesa un carril y es el momento de abandonarlo y seguir
por dicho carril hacia el sur para llegar a la orilla del río Dílar,
el cual vadeamos por un puente.
El
carril se transforma en senda, comenzamos a caminar por la Vereda del
río Dílar, aunque de momento iremos un poco alejados del su
orilla.
Al
llegar a la zona donde el barranco de Juana Benítez está a punto de
tributar al Dílar, unos hitos de piedras nos indican el comienzo de
la vereda que nos llevará a la cascada del río Dilar y su preciosa
poza (hacia el norte). Hasta allí nos dirigimos, corto trayecto de
ida y vuelta que sin duda merece la pena. La cascada no es muy grande
, pero el paraje es de gran belleza y su profunda poza nos invito a
darnos un baño de agua no fría ,sino helada.
Con
los ánimos bastante fresquitos y los pies entumecidos seguimos por
la Vereda del Dílar tras desandar la vereda de la cascada. Vamos
aguas abajo del Dílar hacia el noroeste, vadeando en numerosas
ocasiones el río y aprovechando pequeñas pozas para volver a
refrescarnos. De forma amena y divertida, casi sin darnos cuenta
llegamos a la pista y la Central Hidroeléctrica de Nuestra Señora
de las Angustias.
Solo
resta desandar este poco más de un kilómetro común al inicio de
esta ruta, pasando por el área recreativa del río Dílar.
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Comenzamos temprano para afrontar el acusado ascenso a la Boca de la Pescá antes de que apriete el calor. |
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Los numerosos zigzags del sendero hacen que el ascenso sea cómodo. |
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Sin duda un precioso sendero. |
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Las vistas durante el ascenso son espectaculares. |
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Sierra del Manar. |
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Sierra del Manar y el cerro Silleta. |
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La Maroma o Tejeda al fondo. |
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Llegamos a la cámara de carga, desde donde el agua proveniente del canal de la Espartera se precipita por esta tubería hasta la Central Hidroeléctrica. |
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Sierra del Manar y de fondo las de Tejeda y Almijara. |
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Casa en la cámara de carga. |
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La tubería que desciende a la Central salvando más de 400 metros de desnivel. |
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La parte más dura del ascenso a la Boca de la Pescá es el tramo comprendido entre la cámara de carga y la caseta de vigilantes; la pendiente es muy fuerte ,no hay zigzagueo y el sendero es más precario. |
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Caseta de vigilantes de la Boca de la Pescá. |
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En primer plano el pico más elevado de esta cumbre bicéfala. Al fondo los tresmiles occidentales de Sierra Nevada, Trevenque, valle del río Dílar, Alayos... |
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El grupo va llegando a la caseta.... |
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...para disfrutar de tan esplendidas panorámicas de Granada y su vega. |
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Boca de la Pescá. |
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Desde el pico más elevado divisamos la caseta de vigilantes con un fondo espectacular. |
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Central hidroeléctrica. |
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Valle del Dílar y Sierra del Manar. |
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Cara norte de la Boca de la Pescá camino del collado Sevilla. |
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Subiendo al Cerro de las Pipas miramos hacia atrás para despedirnos de la Pescá. |
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En el Cerro de las Pipas. |
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Profundos y agrestes barrancos son la tónica dominante de este rincón Nevadense. |
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El encajonado valle del Dílar , los Alayos y Cerro Hueco. |
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Cortijo Fuente del Hervidero con el Cerro del Tamboril detrás. |
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Bajando del Cerro de las Pipas. |
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Cerro de las Pipas. |
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Boca de la Pescá y Cerro de las Pipas. |
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Boca de la Pescá y Sierra del Manar de fondo. |
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Los impresionantes Alayos de Dílar. |
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Mirador del Río Dílar. |
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Cortijo y collado Sevilla. |
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Precioso sendero que lleva hasta la toma del canal de la Espartera y al río Dílar. |
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Árida zona de arenales dolomíticos que contrasta con la densa vegetación circundante. |
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Alayos. |
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Cerro Hueco, río Dílar y Boca de la Pescá. |
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Llegando al espectacular barranco del búho. |
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El sendero es realmente impresionante , con constantes y espectaculares vistas. |
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Alayos. |
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Valle del Dílar. |
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Puente en el río Dílar. |
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Por la Vereda del río Dílar. |
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Pequeña cascada y poza donde nos dimos un helado baño. |
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Uno de los numerosos vados en el río Dílar... |
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...y otro. |
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Zona bastante árida donde viene a morir al Dílar un espectacular barranco... |
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...que remontamos unos metros... |
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...para curiosear... |
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..hasta que fue imposible seguir. |
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Y de nuevo descendimos a la Vereda. |
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...para seguir vadeando el río Dílar. |
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La tubería que llegar a la Central Hidroeléctrica desde la cámara de carga. |
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Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias. |
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Llegando al área recreativa. |
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Bonito paraje de ocio y esparcimiento. |
Hola
ResponderEliminar¿La Vereda del Río Dílar tiene puentes para cruzar el Río o hay que mojarse?. Lo digo porque para hacerlo en pleno invierno puede ser "gracioso".
Hace muchos años que no lo hago, y entonces no había ningún puente.
Hola José Ramón. No hay puentes, aunque el río si no baja demasiado caudaloso (cosa que dudo en ésta época), se puede vadear bastante bien. Cuando lo hicimos en verano ya se nos quedaron los pies entumecidos, así que ahora,...,mejor ni lo pienso.
ResponderEliminarSaludos.