El
cerro Ahíllo auténtica montaña piramidal, visible desde muchísimos
kilómetros de distancia, a cuyos pies se encuentra la localidad de
Alcaudete, pertenece a la cordillera Subbética y más concretamente
al conjunto de montañas denominadas Sierra Sur de Jaén, en dicha
provincia y muy cerca del límite con las provincias de Córdoba y
Granada.
Esta
montaña tiene el honor de ser una de las 100 cumbres más
prominentes de la Península Ibérica y no hay que confundir la
prominencia con la altitud. Una cumbre puede ser muy prominente y
sin embargo tener una modesta altitud, como es el caso del Ahíllo,
con 1.452 metros sobre el nivel del mar. La prominencia de una
montaña es la mínima altitud que es necesario perder para dirigirse
desde su cumbre a la de cualquier montaña que sea mayor que ella.
Por
lo tanto ascender a las cumbres más prominentes nos va a asegurar
que vamos a poder disfrutar de amplios horizontes , nos vamos a
quedar con la sensación de haber coronado una gran montaña,
independientemente de su altitud y de la cadena montañosa donde se
sitúe. Y por su puesto con el Ahíllo esto se cumple perfectamente,
las vistas de 360 º son realmente espectaculares, pues desde aquí
podemos ver gran parte de este sector de Andalucía.
Pero
no solo en sus panorámicas está el aliciente de este ascenso, sino
también en el entorno natural en el que se desenvuelve ,entre
bosques de encinas , pinares de repoblación y por cresterías
calizas, dando un aspecto agreste y salvaje a esta pequeña isla
rodeada de olivares.
Una
curiosa leyenda rodea a esta sierra y así la cuenta la Jaénpedia:
"Alcaudete,
pueblo de importantes hechos históricos, tiene diferentes leyendas
transmitidas de generación en generación.
De
todas la leyendas de Alcaudete hay una que está arraigada entre la
población. Es la que se refiere a los fantásticos tesoros que
encierra la Sierra Ahillos y que fueron escondidos por los moros en
lugares seguros, quedando enterrados y olvidados para siempre.
Algunos
ancianos de la localidad cuentan que ellos recuerdan haber visto en
el camino viejo de la Fuensanta un "moro" de piedra que
tenía los dedos de la mano derecha de la siguiente manera: el dedo
índice señalado hacia "Sierra
Ahillos",
el pulgar apuntaba a "Sierra
Orbes",
el resto de los dedos estaban doblados en la palma de la mano.
Al
pie de la estatua- dice la tradición- estaba una inscripción "Yo
soy moro, donde apunto está el tesoro".
Como cada dedo apuntaba a una sierra diferente, ésto creaba
confusión. Aunque el legendario "moro" no tuvo la misión
de señalar el tesoro, la Sierra Ahillos de Alcaudete y más
concretamente los montes llamados Morrones
han
escondido al menos un tesoro que apareció hace unos años cuando un
labrador estaba trabajando sus tierras.
El
hallazgo consistió en una vasija de barro que contenía unas 2000
monedas de plata almohades se cree que estas monedas fueron puestas
en circulación hacia el 1200 de nuestra era. Con este hallazgo, lo
que era una leyenda, cobró realidad y nos permite seguir pensando en
la fabulosas riquezas que encierra nuestra Sierra Ahillos.”
La
presente ruta es de corto kilometraje, poco más de 8 , pero con un
acusado desnivel, más de 500 metros . Parte de la ruta se desarrolla
sin sendero evidente y por agrio e incómodo lapiaz y con partes
expuestas, aunque eso sí, hay marcas de pintura amarillas y blancas
de sendero de pequeño recorrido pintadas en las rocas para ayudarnos
con la orientación en esta parte más complicada.
Nosotros
realizamos la presente ruta con nuestros peques, aunque no es un
recorrido recomendable para ellos, al no ser que estén acostumbrados
a caminar por zonas tan ásperas y salvar ciertos desniveles. Aún
así hay que estar muy pendientes de ellos y llevarlos de la mano en
ciertas partes más escabrosas.
Tengo
que decir que la ruta puede resultar mucho más fácil si en ver de
hacerla circular, la realizamos lineal, es decir regresando por el
mismo lugar que a la ida. Y sería de la siguiente forma: Por pista
forestal subimos hasta la caseta de vigilantes de incendios y una vez
aquí tomamos el sendero cementado que nos lleva a la cresta del
Ahíllo. Solo restaría un corto tramo para llegar al vértice
geodésico por una precaria veredilla y lapiaz , tramo este que es
inevitable si queremos hacer cumbre.
El
inicio de la ruta se sitúa en la carretera JA-3307, la cual une
Alcaudete con las Casillas de Martos, entre los kilómetros 18 y 19 y
muy cerca del cortijo del Portillo. En el lugar de inicio ,muy cerca
del collado que separa las sierras de Ahíllo y la Caracolera, sale
una pista forestal ,por donde comenzaremos a caminar.
Seguimos
la pista hacia el el sureste, ascendiendo poco a poco mientras nos
introducimos en el pinar. Obviamos un carril que sale a nuestra
derecha y en breves metros llegamos a un collado donde hay una
bifurcación de pistas. La de la derecha, ascendente, es la que
seguiremos. Por la de la izquierda, descendente, regresaremos más
tarde.
La
pista gana altura de forma decidida, trazando algunas curvas
cerradas, mientras vamos viendo al suroeste la caseta de vigilantes,
donde acaba esta pista. Pero un poco antes de llegar a la caseta
vemos que a nuestra derecha sale un precario carril señalizado con
marcas blanco amarillas de sendero PR, el cual seguimos. El carril
acaba y sigue como vereda, ascendiendo entre rocas al oeste, buscando
la cresta de la montaña. Llega un momento que no hay ni siquiera
vereda, caminamos por lapiaz siguiendo las marcas de pintura. Muy
cerca de la cresta cimera salimos al sendero cementado que desde la
caseta de vigilantes asciende hasta muy cerca del vértice geodésico
del Ahíllo.
Seguimos
hacia el oeste por este sendero hasta que acaba y sigue como
veredilla, bordeando por la derecha una de las dos cimas del cerro
Ahíllo, la de menor altitud y después pierde algo de altura para
emprender el último asalto , casi en trepada hasta la segunda
cumbre, por su lado izquierdo, hasta llegar al vértice geodésico.
Tras
disfrutar de las maravillosas vistas de esta cumbre, a pesar de que
la atmósfera no era demasiado nítida, regresamos por el mismo lugar
hasta el sendero cementado, el cual seguimos de forma íntegra hasta
llegar a la caseta de vigilantes de incendios.
Seguimos
la pista que llega hasta aquí hacia el norte ,para en breves metros
salirnos de ella a la derecha por un sendero. Este sendero , que en
realidad parece que es un circuito de descensos para BTT, debido a
que hay varias zonas de salto realizados en madera o de piedras y a
la erosión del mismo por la acción de las ruedas, desciende de
forma muy acusada hacia el sureste para en algo más de un kilómetro
salir a una pista forestal.
Seguimos
la pista a la izquierda, al norte , para en menos de un kilómetro de
ligero ascenso llegar al collado donde está la bifurcación de
pistas por donde pasamos antes. Solo queda desandar este tramo común
al inicio de la ruta para concluir este bonito ascenso al Ahíllo.
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Comenzamos a caminar y nuestro objetivo está a la vista. |
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Umbrías del Ahíllo. |
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Con buen ánimo emprendemos la subida. |
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El cortijo del Portillo. |
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La Sierra de la Caracolera de fondo. |
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El cortijo del Portillo con el Cerro García y la Caracolera detrás. |
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Ya vemos la caseta de vigilantes. |
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A los pequeños Aitor y Azahara les empieza a cansar la pista, piden emociones más fuertes. |
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Comenzamos a tener maravillosas vistas. |
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La Caracolera. |
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Estando muy cerca de la caseta de vigilantes nos salimos de la pista siguiendo marcas de PR. |
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Y comenzamos a caminar por una zona más escabrosa de lapiaz... |
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...por una débil vereda y ni siquiera eso... |
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...pero siguiendo en todo momento las marcas blancas y amarillas... |
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...que facilitan la orientación. |
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Ya estamos en la cresta. |
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Castillo de Locubín con Sierra Nevada de fondo. |
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Azahara ya se ha topado con la senda cementada. |
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Ya vemos el vértice geodésico del Ahíllo y emprendemos el tramo más "complicado". |
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Casi trepando coronamos el Ahíllo. |
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Azahara en el poste geodésico del Ahíllo. |
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Aitor realiza la última trepada para llegar al vértice. |
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La Sierra de la Caracolera con Martos de fondo. |
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Alcaudete. |
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Contentos por el ascenso realizado. |
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La familia al completo en el Ahíllo. |
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Y comenzamos el descenso. |
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Aitor en el sendero cementado, el cual seguimos de forma íntegra hasta la caseta de vigilantes. |
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Alcaudete entre el Ahíllo y el Morrón Borondo. |
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Llegando a la caseta de vigilantes. |
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Las Sierras de la Pandera y Ventisqueros con Valdepeñas de Jaén en su ladera. |
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Tomamos una senda para seguir descendiendo en vez de la pista. |
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Aunque más bien es un circuito de descensos de BTT. |
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Saltos realizados con piedras o rampas de madera. |
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Azahara se lo pasa genial descendiendo algunas rampas a rastra culo... |
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...y Aitor por su puesto también. |
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Salimos a pista en la zona de la Loma del Gitano. |
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La diversión terminó para ellos y ahora caminan cansinos por pista hasta el lugar donde estacionamos el vehículo. |
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Barranco del Arroyo de Chiclana con la Pandera de fondo. |
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Eufóricos tras otro reto conseguido y a pensar en el siguiente. |
Excelente reportaje. Es una zona que visito con frecuencia para mi rollos geológicos. Estoy buscando un cacho que me falta...........
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias Pablo y adelante con tu búsqueda, seguro que será muy fructífera.
ResponderEliminarSaludos.