Cuando los rigores del
estío se manifiestan de manera ineludible se reducen
considerablemente las opciones de seguir practicando nuestro deporte
favorito. Pero eso no quiere decir que no existan esas opciones. Para
los que residimos en esta zona de la Piel de Toro tenemos bien
cerquita la alta montaña Penibética, las altas cumbres de Sierra
Nevada, por las que podemos seguir caminando sin problemas, pues allí
la temperatura es bastante agradable y tenemos la oportunidad de
conocer a fondo una fascinante cadena montañosa que en otra época
del año sin los conocimientos ni el equipo adecuado sería imposible
aventurarse a hacerlo.
También podemos recurrir
a las rutas acuáticas y ribereñas, junto al frescor del agua y los
bosques en galería. O como en ésta ocasión, madrugando mucho y
reduciendo el kilometraje de la ruta para no acabar en las horas de
más calor y siempre que sea un recorrido bastante sombreado, como es
el caso.
Elegimos de nuevo la
Sierra de las Cuatro Villas, por la que sentimos una especial
atracción. El objetivo, encontrar la Cueva de la Morra, que nos
quedo pendiente en otra ruta y recorrer dos escaleras, como llaman
los serranos a los pasos entre poyos o cortados rocosos, la del
Tranco del Acebo y la de Poyollano.
La ruta comienza en el
collado Caracho, entre los kilómetros 18 y 19 de la carretera
transversal de la Sierra de las Villas y muy cerca del Embalse de
Aguascebas (donde podemos estacionar el vehículo).
Comenzamos a caminar por
el carril que sale justo desde el collado Caracho hacia el este
primero y sur un poco después (no confundir con otro que sale en la
misma dirección unos metros más abajo y que tiene un panel
informativo del inicio de un sendero señalizado). En un kilómetro
aproximadamente el camino se encuentra cortado por una puerta. A
nuestra derecha sale un caminillo y a nuestra izquierda comienza un
sendero, el cual seguimos.
Este sendero asciende
hacia el este y se encuentra continuamente jalonado con hitos de
piedras y marcas blancas de pintura. Busca de forma magistral los
mejores pasos entre los escarpes rocosos. Atravesamos dos carriles y
casi sin darnos cuenta nos encontramos en la escalera del Tranco del
Acebo, soberbio paso zigzagueante para salvar éste nunca mejor dicho
tranco.
El paso termina en una
zona llana donde se sitúa el cortijo del Tranco del Acebo,
actualmente en rehabilitación.
Pasamos por la puerta del
vallado y junto a dicho cortijo. Descendemos hacia el este noreste a
través de antiguos bancales de cultivo por una precaria vereda que
conforme nos vamos acercando al arroyo Aguascebas de Chorrogil se va
cerrando de maleza, mayormente bojes ,costando un poco seguirla.
Una vez en el arroyo lo
vadeamos, no siendo fácil dicha tarea, sobretodo como éste venga
crecido. El la otra orilla ascendemos hacia el norte por un barranco
donde se aprecian perfectamente las antiguas terrazas de cultivos.
Casi sin darnos cuenta nos plantamos en la bonita fuente de viejos
tornajos y las ruinas del cortijo de Facundo.
Desde este lugar y campo a
través hacia el este primero y noreste después ascendemos en busca
de la Cueva de la Morra. Pronto vemos al frente unos cortados donde
intuimos que puede estar dicha cueva y hacia allí nos dirigimos. Y
efectivamente allí se encuentra y en verdad es bonita y con unas
preciosas vistas del barranco del Aguascebas de Chorrogil y los
Palancares.
Seguimos ahora hacia el
oeste para descender hasta lo poco que queda del cortijo de Justa la
Fumaora, que llevamos un rato viendo desde arriba. Desde la noguera
que hay junto a las ruinas del cortijo nos extasiamos con sus vistas
hacia el Embalse del Aguascebas y de una buena porción de ésta
sierra villana.
Al oeste del cortijo y
bajo un escarpe rocoso hay un abrigo cerrado con un muro de piedras y
que los moradores del cortijo utilizaban para guardar ganado.
Desde éste abrigo parte
la escalera de Poyollano y que desciende hacia el suroeste. Bonito
paso éste también, aunque más perdido que el del Tranco del Acebo.
Algunos hitos de piedras nos facilitan la tarea. Este paso termina en
el cortijo de las Pepas, que se encuentra perfectamente habilitado y
el cual vimos desde el cortijo de Justa la Fumaora. En vez de llegar
al mismo cortijo de la Pepas decidimos ir directos a la Pasá
Candiles (vado en el arroyo Aguascebas de Chorrogil) y más al sur
que dicho cortijo. El terreno , campo a través, se complica bastante
con mucha maleza y afloramientos rocosos, por lo que aconsejamos ir
directos al cortijo de las Pepas y no seguir ésta parte del track.
Finalmente dimos con la
senda que desde el cortijo de las Pepas lleva a Pasá Candiles.
Decidimos en este punto visitar dicho cortijo, aunque tengamos que
desandar más tarde esta parte de la senda.
Y mereció la pena la
visita al cortijo de las Pepas, pues se encuentra en un paraje
prodigioso, sobre unos cortados en los que el Aguascebas de Chorrogil
se precipita hacia el Embalse de Aguascebas a través de la Cascada
de Chorrogil (aunque la cascada no se ve desde aquí ,si que se
escucha el estruendo de su caída).
Seguimos la senda hacia el
sur y vadeamos el arroyo de forma cómoda por el precioso paraje
denominado Pasá Candiles.
Ascendemos por el barranco
que tenemos enfrente, hacía el sureste. Llegamos a un vallado y
continuamos pegados a él, por la izquierda hasta que salimos al
sendero del Tranco del Acebo.
Solo resta seguir hacia el
oeste estos 2,5 kilómetros comunes al inicio de la ruta por éste
precioso sendero.
Agradecemos a Galenomam su
track publicado en wikiloc y que nos ha facilitado bastante la tarea de
encontrar la Cueva de la Morra.
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Comenzamos la ruta en el collado Caracho... |
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...y pronto obtenemos espectaculares vistas. La Iruela y la Sierra de Cazorla. |
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Paso entre rocas por donde discurre este precioso sendero. |
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Algunos balcones nos dejan asombrosas vistas. |
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Embalse de Aguascebas y Navazalto. |
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Y en poco tiempo nos plantamos en la espectacular escalera del Tranco del Acebo. |
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Los Vilchetes. |
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Tramo final de la escalera del Tranco del Acebo... |
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...y que lleva al cortijo homónimo. |
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La hendidura del barranco de Aguascebas de Chorrogil. |
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Curiosa fuente descendiendo al arroyo. |
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Vadeando el arroyo de Aguascebas de Chorrogil. |
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Subimos por estos bancales hasta llegar... |
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...a la fuente y las ruinas del cortijo de Facundo. |
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Atrás quedo el Tranco del Acebo. |
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Fuente de Facundo. |
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Y no muy lejos del cortijo de Facundo se encuentra la Cueva de la Morra. |
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Con unas preciosas vistas de los Palancares y el barranco del Aguascebas de Chorrogil. |
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Miguel llegando a la cueva. |
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Bonita estampa desde el interior de la Cueva de la Morra. |
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Al poco de salir de la cueva ya vemos nuestro siguiente objetivo: el cortijo de Justa la Fumaora. |
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El profundo barranco del Aguascebas de Chorrogil y el cortijo del Tranco del Acebo. |
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Hacia el este los inconfundibles perfiles de Peña Corva y el Pardal. |
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Las ruinas del cortijo de Justa la Fumaora... |
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...desde donde se obtienen fabulosas vistas del Embalse de Aguascebas y de esta porción de la Sierra de las Villas y de Villacarrillo en La Loma. |
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Abrigo donde se guardaba ganado. |
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Vistas desde el abrigo y desde donde se ve perfectamente el cortijo de las Pepas... |
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...donde termina la escalera de Poyollano por la que ahora comenzamos a descender. |
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Tras un periplo un tanto confuso y complicado ... |
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...llegamos al cortijo de las Pepas... |
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...situado en un paraje increíble. |
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Cola del Embalse de Aguascebas. |
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Lugar por donde se precipita la cascada de Chorrogil. |
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Zona de la Fresnedilla. |
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Miguel intentando sin éxito vislumbrar la cascada. |
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Llegamos a Pasá Candiles... |
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...donde el arroyo Aguascebas de Chorrogil se remansa... |
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...y es fácil de vadear. |
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Atrás quedó el cortijo de las Pepas. |
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Tranco del Acebo. |
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La Morra de Chorrogil o Cerro del Avellano. |
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Y ya a punto de concluir esta ruta el Embalse de Aguascebas y el Navazalto nos regalan una bella estampa. |
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