Sorprendente
ruta en compañía de Juan Antonio y Miguel por el pequeño Parque
Natural de Despeñaperros ,que en primavera muestra una exultante
belleza. Lástima que el “progreso” y la “civilización”
mutilaron para siempre un rincón privilegiado de la cordillera
Mariánica, restando algo de su magia y encanto.
En
ésta ruta recorremos algunos parajes desconocidos para nosotros y es
que Despeñaperros a pesar de las muchísimas veces que lo hemos
visitado y de que solamente cuenta con 7.649 ha. de superficie
protegida, nos sigue mostrando sus más recónditos secretos, siendo
capaz de sorprendernos.
Uno
de esos parajes es la Cueva del Retamoso, emplazada entre grandes y
sobrecogedores bloques pétreos, lugar de singular belleza sobre el
desfiladero de Despeñaperros y enfrente del Monumento Natural de los
Órganos.
Algunas
consideraciones a cerca de la Cueva del Retamoso por Cecilio Muñoz
Fillol, el cual pasó en Despeñaperros gran parte de su vida,
dedicada, con una pasión poco corriente, al estudio, a la
investigación, a la escritura, a la lectura y a la que (a pesar de
esa otra profesión, la de veterinario) fue su verdadera vocación:
la enseñanza:
“Y
recorriendo aquellas cumbres en todas direcciones y en todos los
sentidos, mi andadura vagabunda tropezó con restos de perfectos
muros, con hiladas de trazado secular. Allí hubo instalado un
castro, tal vez de menor envergadura, pero de igual étnica que el
castro del Collado de los Jardines. Estamos pues, ante una ciudad
ibérica todavía sepulta e inexplorada.”
“Es
la Cueva del Retamoso un santuario neolítico inconfundible”
“Dentro
de la cueva se puede ver un altar perfecto para los sacrificios:
altar primitivo, de mesa plana, con su frontal estriado naturalmente.
Encima del altar, cuyo acceso es fácil, pueden mantenerse y moverse
varias personas de pie sin tocar su cabeza el techo. A la derecha del
altar -puesto el espectador frente a la cueva- hay un peldaño más
abajo y menos profundo que el altar ,destinado a las sacerdotisas y a
los hechiceros; a la izquierda ,una repisa adecuada para los
preparativos del culto y de los sacrificios.
No
presenta la cueva un lugar en su mismo recinto destinado a hogar de
purificaciones y de incineración de víctimas. Pero este local está
muy próximo: a unos 20 m de la cueva, caminando hacia la cumbre y
bordeando las rocas, a la derecha de la cueva encontraremos otra de
angosta entrada, oscura y pequeña, capaz de servir de horno de
cremación. La elección de tal cueva tiene sus razones: en su
interior, prendida la pira, podía cerrarse con piedras la angosta
entrada para hacer más rápida y perfecta la combustión.”
“Las
pinturas rupestres aparecen abundantes por doquiera . Se ven en las
oquedades de toda la umbría y hasta muy distantes del principal
recinto. Como no sufren la acción del sol, están relativamente bien
conservadas. No se aprecian imágenes ni figuras del paleolítico;
todas pertenecen al arte sucinto, esquematizado y formulario del
neolítico : al período que los investigadores de la prehistoria
(H. Obermaier ,H. Breuil, Martín Almagro) sitúan dudosamente en el
aziliense, epipaleolítico o neoeneolítico.”
La
ruta comienza en las Correderas, en la pequeña explanada junto a la
casa podemos estacionar los vehículos. Para llegar allí tomamos la
A-4 a su paso por el Parque Natural de Despeñaperros y debemos coger
la salida 252 (Aldeaquemada/ N-IVa/ Parque Natural de Despeñaperros)
si vamos dirección Madrid o la salida 250 si lo hacemos dirección
Bailén. En las rotondas por las que pasaremos (2 dirección Madrid,
1 dirección Bailén), seguimos la indicación “Mirador de los
órganos – Venta de Cárdenas”. A unos 400 metros de salir de la
última rotonda a mano izquierda se encuentra el lugar donde
estacionar los vehículos.
Comenzamos
a caminar por la antigua autovía N-IV (ahora convertida en carretera
de doble sentido) dirección norte. Aunque hay poco tráfico hay que
tener cuidado y tener en cuenta que caminamos por una carretera. Al
llegar al arroyo de los Arcos o mejor dicho el de Piedragalana
,seguimos la cerrada curva que trazaba la primitiva carretera, ahora
casi invisible, pasando por lo que parece un acueducto con sus arcos,
lo que posiblemente doto al arroyo de su topónimo actual.
Seguimos
por la antigua N-IV y en breves metros llegamos al Salto del Fraile,
donde merece la pena, eso sí, con precaución, salirse de la
carretera , empoyetarse a los cercanos riscos y disfrutar de la
impresionante visión del desfiladero.
Regresamos
a la carretera y en pocos metros llegamos a la fuente de la Niebla,
donde abandonamos el asfalto después de caminar por él durante poco
más de 2 kilómetros.
Justo
en la fuente de la Niebla parte un sendero, restaurado recientemente
(solo falta su balizamiento y señalización). El sendero comienza a
remontar el barranco de la Niebla hacia el oeste y a los pocos metros
se bifurca. El de la izquierda remonta totalmente dicho barranco y
termina en el camino que desde el cruce con la pista de Valdeazores
lleva al Collado de la Aviación. Nosotros tomamos el de la derecha,
que hacia el norte comienza a ascender acusadamente ganando altura
sobre el barranco de la Niebla. Éste sendero termina en otro
sendero, señalizado que desde el refugio del Collado de la Aviación
lleva al mirador del Cerro de los Órganos y muy cerca de dicho
mirador. Pero antes pasa muy cerca de la cueva del Retamoso.
Cuando
el sendero se acerca hasta unas grandes paredes de roca vemos que a
nuestra derecha sale una vereda que se introduce entre dichas
paredes. A los pocos metros llegamos a la Cueva del Retamoso. Hasta
aquí se llega de forma cómoda y podemos observar las primeras
pinturas rupestres. Si seguimos pegados a las paredes hacia el NO
podemos ver más zonas con pinturas, pero algunos pasos son más
complicados e incómodos y según por donde vayamos incluso
peligrosos.
Regresamos
al sendero por el mismo lugar y ascendemos de forma acusada hasta el
Cerro de los Órganos y el refugio del Collado de la Aviación.
Desde
el Collado de la Aviación seguimos por pista forestal hacia el
oeste, para en casi 3 kilómetros llegar a un cruce de pistas.
Nosotros seguimos a la izquierda, hacia el sur. En unos 700 metros
llegamos a otro cruce de pistas, teniendo justo enfrente las ruinas
del castillo de Castro Ferral.
La
de la izquierda nos llevaría a las Correderas en unos 6 kilómetros,
pudiendo acortar ésta ruta. La de la derecha nos llevaría a Miranda
del Rey, pero nosotros seguimos por el carril que va por el
cortafuegos, al centro ,de frente, al SO. Podemos subir al cercano
castillo por el cortafuegos, pero le dimos de lado por el carril, que
tras bordearlo empieza a tomar dirección sur. Obviamos algunos
carriles de menor entidad y cortafuegos que van saliendo a ambos
lados.
Llegamos
a un collado donde arranca un cortafuegos y desde el mismo se
obtienen vistas del barranco de Navavaca, que tenemos a nuestros
pies.
En
el collado nace el barranco de la Huerta de Juan Santos, el cual
seguimos, hacia el este. Éste trecho es campo a través y sin
grandes dificultades en pocos metros llegamos al carril que lleva a
la Casa de la Huerta de Juan Santos. El carril lo tomamos a la
izquierda para llegar a dicha casa.
Las
ruinas de la Casa de la Huerta de Juan Santos está enclavada en un
paraje fantástico, muy bello. Unos metros antes de llegar a la casa
el arroyo es desviado por una acequia con el fin creemos de dejar
libre su lecho para crear bancales de cultivo y a su vez poder
regarlos. Al lado de la casa hay una alberca, una fuente y los restos
oxidados de lo que parece una vieja y pequeña noria.
Seguimos
el camino que lleva a la casa hasta que termina en una pista
forestal. Seguimos la pista a la izquierda, hacia el sur y en una
cercana bifurcación a la derecha ,en la misma dirección que
llevamos , es decir hacia el sur. Pronto la pista cambia de
dirección, siguiendo el curso del arroyo de la Gitana, hacia el SE.
Vamos en todo momento por el camino principal y en pocos metros
llegamos a las ruinas de un gran cortijo o quizá una venta. Tiene lo
que parecen establos y un gran patio interior. Al no saber su
verdadero nombre lo he denominado cortijo de la Gitana ,por
encontrarse en el arroyo de dicho nombre.
Ahora
tomamos un carril mucho menos evidente que sale a un lado del
“cortijo”, hacia el NO y que va por un cortafuegos. Nos restan
unos 2 kilómetros para concluir la ruta por éste carril –
cortafuegos con continuos sube y baja de fuerte pendiente. Antes de
llegar a las Correderas atravesamos el arroyo del Vivero.
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Al poco de comenzar a caminar llegamos al arroyo de los Arcos. Lo que parece un acueducto que suponemos dio su moderno topónimo al arroyo. |
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Nos asomamos a unos riscos en el Salto del Fraile..... |
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...para disfrutar de unas fabulosas vistas del desfiladero. |
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El ferrocarril a su paso por el desfiladero. |
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Los nuevos viaductos con Santa Elena al fondo. |
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Miguel y Juan Antonio en el Salto del Fraile. |
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El nuevo sendero que parte de la fuente de la Niebla. |
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De forma acusada ascendemos hacia el Collado de la Aviación. |
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Pero al pasar cerca de estas grandes moles pétreas nos desviamos para ver la Cueva del Retamoso. |
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Cueva del Retamoso. |
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Pinturas rupestres en la Cueva del Retamoso. |
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Otra pequeña cueva, al parecer dedicada a incineraciones. |
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La zona es sencillamente espectacular. |
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Llegamos a otra zona con pinturas rupestres. |
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Justo enfrente el Monumento Natural de los Órganos. |
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El mirador de los Órganos en la N-IV a. |
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La primavera le sienta muy bien a Despeñaperros. |
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Seguimos el ascenso al Collado de la Aviación por éste sendero de nueva factura. |
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Y llegamos a la intersección con el sendero que lleva al Mirador del Cerro de los Órganos. |
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Refugio del Collado de la Aviación. |
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El barranco de Navalquejigo y el cerro del Muradal o Malabrigo al fondo. |
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El castillo de Castro Ferral. |
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Dejamos atrás Castro Ferral y descendemos hacia la Huerta de Juan Santos. |
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El barranco de Navavaca desde el collado..... |
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....donde nos salimos de la pista.... |
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...para descender campo a través.... |
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....por el precioso barranco del arroyo de la Huerta de Juan Santos. |
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La vieja acequia que desvía las aguas del arrroyo.... |
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....para regar los bancales de la Huerta de Juan Santos. |
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Bucólico lugar. |
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Restos de la casa. |
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La alberca sobre los viejos bancales de cultivo. |
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Seguimos nuestro descenso por el arroyo de la Gitana.... |
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...hasta llegar hasta ésta casa, ¿cortijo o venta?. |
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Desde aquí tomamos un camino.... |
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....de menor entidad... |
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..que acompaña a un cortafuegos.... |
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...con fuertes y cortas rampas. |
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Empinado descenso al arroyo del Vivero. |
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Arroyo del Vivero. |
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Y en breves metros llegamos a las Correderas. |
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El desfiladero de Despeñaperros desde las Correderas. |
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