Fantástica
y muy sorprendente ruta por la media y baja montaña de Sierra Nevada
en su sector más occidental. Es un territorio geológicamente
dominado principalmente por las dolomías, rocas sedimentarias cuya
composición química es el carbonato de calcio y el magnesio.
Las
numerosas canteras en ésta parte de la geografía Granadina denota
que la dolomía es una de las principales rocas industriales de
España. La mayoría de las explotaciones de este tipo en Andalucía
se dedican a la producción de áridos para hormigones, escolleras,
etc...
Pero
concretamente en esta zona de Dúrcal hay una sociedad que exporta
dolomía para vidrio; unas 30.000 toneladas al año con destino
principal el Reino Unido.
A
pesar de que ya llevamos unas cuantas incursiones en éste sector
Nevadense de dimensiones relativamente reducidas, la compleja
orografía de afilados y agrestes perfiles, profundos barrancos,
densos bosques y erosionadas ramblas ,hacen que siga sorprendiendo y
mostrando lugares desconocidos para nosotros.
Muchos
son los atractivos de este recorrido, algunos por su puesto
naturales, pero en otros está la mano del hombre detrás.
Un
ejemplo son los magníficos senderos por los que transcurre una parte
de éste recorrido, de ingenioso trazado por un terreno muy quebrado
y deleznable que de forma casi milagrosa han perdurado en el tiempo,
aunque eso sí, algunas partes están muy estropeadas por el efecto
de la erosión y los desprendimientos y que si nadie pone remedio
dudo que sigan practicables mucho más tiempo.
Otro
ejemplo es la tubería que desde la Casilla del Agua (cámara de
carga) llega a la Central Eléctrica de San José en una caída de
800 metros de desnivel. Construida en los años 20 del pasado siglo
fue en su día la segunda de más metros de desnivel de España.
También ingenioso es el canal que desde el río Dúrcal es su tramo
más elevado lleva el agua hasta la cámara de carga a través de una
compleja orografía.
Otro
gran atractivo son las inmensas y vastas panorámicas que se obtienen
desde el Peñón de Granada en el Cerro Zahor, donde se puede
observar parte de Granada (de ahí su nombre), el valle de Lecrín,
Sierras de los Guájares, Chaparral, Albuñuelas, Almijara, Tejeda,
Lújar, costa de Motril, Vega Granadina, del cercano Caballo (tresmil
más meridional de Sierra Nevada), etc...
Pero
a mi personalmente lo que más me impresiono fue el descenso por el
magnífico barranco de la Rambla, sin duda una experiencia
indescriptible.
La
ruta a rasgos generales es bastante cómoda, pues toda ella
transcurre por senderos, caminos y pistas forestales. El único tramo
que es “campo a través” es el descenso por el interior de la
Rambla, que es muy cómodo y gratificante por un lecho de grava
generalmente fina. El único escollo que encontramos fue descendiendo
por el sendero del collado de Volaores y unos metros antes de llegar
a la Vereda del Obispo, que una torrentera había destrozado ese
tramo de sendero, teniendo que descender casi “culo a rastras”
por un arenoso canutillo hasta de nuevo tomar el sendero.
Eso
sí, es un recorrido exigente físicamente teniendo en cuenta su
distancia, casi 23 kilómetros y el desnivel acumulado positivo de
casi 1.300 metros. Aunque no tiene excesivos problemas de orientación
ya que gran parte del mismo coincide con el sendero homologado y
balizado PR-A 385 “Circular de la Sierra de Dúrcal – La
Esperanza”.
El
vehículo lo estacionamos en las inmediaciones del Molino de Dolomías
a menos de 2 kilómetros del centro de Dúrcal ,al que se llega
tomando la estrecha carretera señalizada como “I.E.S. Valle de
Lecrín” y después en una bifurcación tomando dirección “Central
Dúrcal”. Esta carretera pasa junto al Molino, antes de llegar a la
Central Eléctrica.
Comenzamos
a caminar siguiendo las indicaciones del PR-A 385, por asfalto al
principio ,hacia el este. A los pocos metros el sendero señalizado
se bifurca, a la izquierda, hacia el norte sale la pista que lleva a
la Central, por donde regresaremos (indicado en los carteles del
sendero como “Collado de Volaores”). Nosotros seguimos por el
asfalto hacia el este, dirección a la Casilla del Agua.
Tras
algunos zigzags de la carretera ,en acusado ascenso, en una de sus
curvas a la izquierda sale un carril , el cual tomamos. De todas
formas no hay perdida pues durante algunos kilómetros vamos a seguir
el sendero señalizado.
El
carril termina en una finca y continua como sendero. Al principio
entre almendros y poco después entre pinos comenzamos el
impresionante ascenso a la Casilla del Agua por la Loma de la Rampa,
junto a la tubería que va a parar a la Central de Dúrcal y que va
enterrada, unas veces a su derecha y otras a su izquierda. Este
precioso sendero al parecer construido junto con la Central , la
cámara de carga y la tubería describe innumerables zigzags haciendo
que el acusadísimo ascenso sea más llevadero.
Ya
desde la Casilla del Agua (por cierto feísima construcción) tenemos
unas panorámicas abrumadoras. Un panel informativo nos indica
algunos de los lugares que desde aquí podemos otear. Desde la
Casilla del Agua salen dos carriles, uno al noreste ,que lleva al
Collado Volaores pasando por la zona del Cortijo del Obispo y que en
realidad es la acequia que conduce el agua desde el río Dúrcal
hasta la Casilla del Agua y que en este tramo va tapada haciendo las
veces de camino. El otro carril sale al sureste y nos lleva al Peñón
de Granada y a la pista que desde Nigüelas lleva a cortijo de
Echevarría entre otros lugares.
Caminamos
unos metros por la acequia para disfrutar de las estupendas vistas
que desde este lugar se obtienen de la cabecera del barranco de la
Rambla, La Chaja o Chaha, Volaores, los Alayos...
A
continuación nos dirigimos al Peñón de Granada por el carril del
sureste y tras unos 400 metros hay que desviarse unos metros del
carril por el que vamos pasando por una caseta antes de coronar la
cercana cumbre. Este pico bien merece dedicarle un rato con
tranquilidad y disfrutar de tan vastas vistas para su modesta
altitud. Una lástima que haya tan poca nieve este año en enero en
Sierra Nevada, pues sin duda las vistas a las altas cumbres ganan
mucho con ella.
Regresamos
por el mismo lugar al carril y seguimos el PR-A 385 hacia el este.
Tras algo más de 1 kilómetro salimos a la pista forestal de
Nigüelas, llamada “Camino de la Dehesa”, la cual seguimos a la
izquierda, al noreste. En pocos metros hay una bifurcación; por la
pista de la izquierda continúa el sendero señalizado, el cual
abandonamos de momento para seguir por la pista de la derecha, al
noreste.
Ascendemos
por la Loma del Perro teniendo continuas vistas al Caballo y caminado
por un joven bosque mixto de chaparros y pinos. De vez en cuando
tenemos vistas también a la Sierra de Lújar y la costa tropical
Granadina.
Dejamos
a nuestra izquierda el Peñón de Muñoz y llegamos a una
bifurcación. De nuevo conectamos con el PR-A 385 y con el Sulayr GR-
240, siguiendo sus indicaciones llegamos a las ruinas del cortijo de
Echevarría y a Fuente Fría.
Este
paraje, muy popular para iniciar ascensos al Cerro del Caballo es muy
pintoresco, con unas soberbias vistas a la Dehesa de Dúrcal,
barranco del río Dúrcal, Alayos , Trevenque, Peñón de Granada,
Sierra del Manar, Sierra Arana, Sierras de Tejeda y Almijara,Vega
Granadina, etc...De aquí parte la Acequia de los Hechos.
Una
lástima el estado ruinoso de uno de los edificios de estos cortijos,
que por tipo de arquitectura tiene más bien aspecto de un gran
refugio al estilo de el de Elorrieta. Estamos rozando los 2.000
metros de altitud y los alrededores y cotas superiores están
repletas de pequeñas terrazas de repoblación de coníferas que o
bien no se han practicado aún o han fracasado.
Regresamos
a la anterior bifurcación y seguimos a la derecha, al noroeste.
Pasamos entre el Peñón de Muñoz y Cerro Blanco y tomamos un
carrilillo que sale al sur hasta el cercano cortijo de Prado Molina,
saliendo momentáneamente del PR-A 385. Tras pasar por el cortijo,
donde hay una fuente, seguimos por el carril hasta de nuevo conectar
con el sendero señalizado. Siguiendo las balizas hacia el suroeste
dejamos a nuestra derecha la cumbre de Peñón de Carrasco y
descendemos a la pista que desde Nigüelas lleva a La Magara pasando
por el Collado Volaores. Justo en el punto en el que hemos salido a
la pista hacia el oeste comienza a descender la Vereda del Obispo,
una opción para descender por el barranco de la Rambla.
Pero
nosotros tomamos la pista a la derecha, hacia el norte, de nuevo
saliendo momentaneamente del sendero de pequeño recorrido. Llegamos
al Collado Volaores donde de nuevo conectamos con el sendero. A
nuestra izquierda arranca la senda que desciende por el barranco de
la Rambla y que tomaremos un poco más tarde, pero de momento
seguimos unos metros más por la pista para disfrutar de unas
magníficas vistas al barranco del río Dúrcal y los Alayos.
Regresamos
al anterior punto y ya hasta el final de ruta seguiremos las balizas
del PR-A 385. Descendemos por un sendero que recorre un terreno muy
erosionado y a veces expuesto, donde hay que tener precaución. Como
comenté anteriormente antes de conectar con la Vereda del Obispo
tenemos que superar un escollo, pues ese tramo de sendero ha
desaparecido ( el que quiera evitar este tramo puede descender por la
Vereda del Obispo, pues al final ambas sendas acaban en el Barranco
de la Rambla).
Ya
por la Vereda de Obispo el terreno es menos inclinado, menos expuesto
y más amable. Pasamos por una fuente de metal, algo ornamental, muy
inusual encontrarse algo así en un lugar tan solitario e inhóspito.
El caso es que desde éste punto nos acompañará una gruesa manguera
negra en el descenso por la Rambla. Pasamos un tramo muy encajonado
donde la senda va un poco volada sobre el barranco, sin duda un lugar
impresionante.
Pasamos
junto a un dique y después la senda baja al lecho de la ahora muy
ancha Rambla, desapareciendo en la misma.
A
partir de ahora toca caminar por el lecho del impresionante barranco
de la Rambla, rodeados de impresionantes formaciones pétreas,
torrenteras, barrancos....Es todo un disfrute caminar por aquí, es
cómodo y no dejamos de fotografiar aquí y allá boquiabiertos.
Llegamos
a otro dique, el cual sorteamos por el lado derecho. Numerosos
cipreses custodian ambas orillas de la Rambla, al parecer plantados
para sujetar tan deleznable terreno con sus largas raíces.
Finalmente
salimos a un lugar donde un carril atraviesa la Rambla. El ramal de
la derecha asciende por la ladera de la Chaja para terminar unos
kilómetros después. Nosotros tomamos el de la izquierda, que tras
poco más de 1,5 kilómetros nos llevará al Molino de Dolomías tras
pasar por encima de la Central Eléctrica San José primero y la
bifurcación que narre al comienzo de la ruta después.
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Comenzamos a caminar entre almendros, ya en flor. |
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Por donde discurre la tubería enterrada. |
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Mar de nubes cubre el valle de Lecrín... |
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...y la Vega Granadina. |
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El barranco de la Rambla y la Chaja, por donde descenderemos al final de la ruta. Detrás los Alayos. |
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Ya divisamos la Casilla del Agua. |
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La tubería enterrada. |
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Muy poco a poco se va disipando el mar de nubes que cubre las partes bajas de casi toda la provincia. |
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Algún pequeño tramo de la tubería ha quedado descubierto. |
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Las sierras de Tejeda y Almijara al fondo. |
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La Casilla de Agua, cámara de carga que toma el agua del canal de Dúrcal para bajarla a través de una tubería hasta la Central Eléctrica de San José. |
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Por donde discurre tapado el canal. |
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A estas alturas hay muy poca nieve en las altas cumbres de Sierra Nevada. El Caballo y la Dehesa de Dúrcal. |
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El Caballo (3.011 m), el tresmil más meridional de Sierra Nevada. |
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Ascendemos al Peñón de Granada en el Cerro Zahor, para disfrutar de sus inmensas panorámicas. |
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El valle del Guadalfeo, la Sierra de los Guájares y la Costa Tropical Granadina. |
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Dúrcal con la Almijara y Tejeda de fondo. |
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Zona de Padul y la Sierra del Manar. |
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Los Alayos al fondo. |
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Imponente el Caballo desde aquí. |
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La Costa Tropical. |
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La Sierra de Albuñuelas y de fondo el Pico Lucero, la Chapa o Sierra de Játar, Malascamas y Maroma. |
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Dúrcal. |
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Los Alayos. |
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Padul y su laguna. |
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De nuevo el Caballo. |
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Dehesa de Dúrcal y la Silleta. |
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El Peñón de Granada va quedando atrás. |
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Sierra del Manar. |
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El Caballo y terreno aterrazado para repoblaciones forestales. |
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Los Alayos (Corazón de la Sandia y Castillejos) y el Trevenque. |
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El Picacho Alto de los Alayos. |
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La Vega Granadina aún cubierta de nubes. |
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Zona de la Magara. |
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Cortijo de Echevarría. |
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Campos de labor a casi 2.000 metros de altitud. |
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Ruinas de Echevarría, que por su arquitectura parece un gran refugio de trabajadores forestales al estilo de Elorrieta. |
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El cortijo de Echevarría. |
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Fuente fría. |
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Cortijo del Prado de Molina, rodeado de nogales. |
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Peñón de Granada y Peñón de Carrasco. |
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Campos de labor en Prado de Molina. |
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Los ariscos e impresionantes Alayos. |
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El barranco de la Rambla desde las inmediaciones del Cortijo del Obispo. |
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Collado Volaores. |
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Los Volaores y la Buitrera. |
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Los Alayos (Picacho Alto, Corazón de la Sandia y Castillejos). |
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Comenzamos a decender a la Rambla desde el Collado de Volaores... |
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...por un impresionante y a veces expuesto... |
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...sendero. |
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El erosionado terreno dolomítico de estos barrancos es impresionante. |
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El trazado del sendero a veces es magistral... |
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...buscando pasos entre rocas... |
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...en un terreno tan deleznable. |
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En este punto la erosión ha borrado el sendero ,teniendo que atravesar el barranco como podemos. |
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Aquí el sendero por el que hemos descendido se une a la Vereda del Obispo, de mayor entidad. |
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Curiosa fuente en el camino. |
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Nos desviamos unos metros de la Vereda para explorar estos impresionantes barrancos. |
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Regresamos a la Vereda y atravesamos una zona encañonada de gran belleza. |
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Llegamos al primer dique. |
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Poco después de pasar el dique la Vereda llega al lecho de la Rambla, ahora mucho más ancha. |
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Una experiencia única caminar por el lecho de la Rambla. |
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Es cómodo caminar por aquí y disfrutando de manera constante de todo cuanto nos rodea. |
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Cipreses custodian ambos lados del lecho de la Rambla... |
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...suponemos que para sujetar un terreno tan erosionable con sus largas raíces. |
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Miguel no deja de disfrutar con tan maravilloso paraje. |
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Llegamos al punto donde nos salimos del Barranco de la Rambla. |
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La Central Eléctrica de San José. |
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Desde aquí observamos parte del descenso de la tubería que va a la Central Eléctrica. |
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El barranco del río Dúrcal y la Chaha o Chaja. |
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El Cerro Zahor. |
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El Molino de Dolomías, donde estacionamos el vehículo. |
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