Sensacional
recorrido por el Parque Natural de la Sierra de Baza, cuando la
otoñada está en su máximo esplendor, regalando a nuestras retinas
imágenes de cuento, de coloridos imposibles, más propios de
latitudes más septentrionales. El sendero de los “Álamos
Centenarios” es sin duda un recorrido imprescindible en el sur
peninsular para disfrutar del breve otoño andaluz.
Quinta
incursión en ésta fantástica sierra que no deja de depararnos
sorpresa tras sorpresa y que sin duda hará que en el futuro
indaguemos en sus más intrincados rincones.
Seguimos
de forma casi íntegra dos senderos señalizados: el de “Floranes
-Arredondo” y el de los “Álamos Centenarios”; visitamos dos
preciosas aldeas abandonadas en el curso del arroyo Bodurria: Santa
Olalla y Los Mellizos y ascendemos a dos picos que superan los 2.000
metros de altitud: el Peñón de la Lechera y el Pico Padilla, todo
ello a través de una ruta que califique de difícil tan solo
atendiendo a su larga distancia, más de 27 kilómetros, pero que
carece practicamente de dificultades técnicas, siendo a rasgos
generales bastante cómoda y de escaso desnivel aculado (poco más de
800 metros).
Agradecemos
a María del Mar Rubira y Pedro J. Castro sus tracks de Wikiloc.
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Información del sendero señalizado Floranes – Arredondo:
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do?idEquipamiento=19455
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Información del sendero señalizado de los Álamos Centenarios:
http://www.sierradebaza.org/siebaza_ruta2.htm
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do;jsessionid=5745498434ACBB4952880B1A1C9433D1?idEquipamiento=32851
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Información de la aldeas de Santa Olalla y los mellizos a través de
Proyecto Sierra de Baza:
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Para el que desee conocer éste Parque Natural o saber más sobre él
recomiendo echar un vistazo a la fantástica revista digital Proyecto
Sierra de Baza:
La
ruta comienza en la casa forestal de Floranes a la que se accede por
la carretera GR-8101, donde entre los kilómetros 12 y 13 sale una
pista señalizada que nos lleva en 1 kilómetro a dicho lugar.
En
Floranes seguimos la indicación del sendero señalizado “Floranes
– Arredondo”, que de ésta forma describe el folleto del Parque
Natural:
“El
antiguo cortijo de Floranes
El
inicio de este sendero se sitúa muy cerca de la antigua casa
forestal de Floranes (ver [1] en
el mapa). Desde aquí, descenderemos de nuevo al panel de inicio y
comenzaremos nuestro sendero hacia la izquierda por la pista
forestal, dejando a nuestra derecha el sendero Floranes–Cerro
Panizo, conocido por su impresionante mirador. Seguiremos la pista
forestal para adentrarnos en el pinar que nos da la bienvenida con
ese aroma singular, el cantar de las aves, y ciento de huellas y
rastros de su esquiva y escurridiza fauna.
Al
llegar al cortafuegos estaremos a caballo entre Cerro Alonso y Cerro
Panizo de 1.703 y 1.608 metros de altitud respectivamente. En este
collado se nos presenta el inicio de otro sendero, el de
Floranes-Cortijo del Tío Capote, que desde aquí [2]
desciende hasta los antiguos
cortijos cerca del río Bodurria, otra zona privilegiada de la Sierra
de Baza.
Un
continuo mirador
Pero
nuestro recorrido continúa por la pista forestal, dejando a la
derecha el citado camino que baja al Cortijo de Tío Capote. Pronto
la pista forestal se convierte en un pequeño sendero [3]
que empieza a zigzaguear a media
ladera atravesando infinidad de barrancos que componen a nuestra
derecha un magnífico paisaje sobre el valle del arroyo Bodurria.
Mientras tanto, por nuestra derecha, en la ladera de enfrente [4]
se nos irán apareciendo vestigios
de la historia reciente de la Sierra de Baza en forma de cortijos y
antiguos molinos, como el cortijo de la Loma, el de Pinar Hoya,
incluso una antigua fundición de plomo conocida como la Fabriquilla.
En
todo este cruzar de barrancos, podremos deleitar nuestro oído con la
agradable melodía de la escorrentía del agua en tres puntos, los
pequeños barrancos de Plaza y de La Petronila, y el más
hermoso
en cuanto a paraje, el arroyo Bodurria [5]
rodeado de un manto vegetal típico
de ribera, de esbeltos álamos, juncos, mimbres y zarzas.
La
sierra despoblada
La
sensación de despoblamiento de este valle es la misma que tendremos
en muchas de las zonas incluidas dentro de los límites del parque
natural, que sufrieron un intenso proceso de abandono originado por
las importantes migraciones que se produjeron mayoritariamente sobre
los años sesenta del siglo pasado. Desde el arroyo Bodurria nos
queda un trecho de subida de algo más de un kilómetro y medio. Por
él observaremos las terrazas utilizadas para cultivo que tienen su
origen en la época musulmana, y que hoy están cubiertas de pinares
de repoblación.
El
cortijo de Arredondo [6] con
sus casas y sus corrales de piedras descarnadas pone fin a nuestro
sendero.”
Desde
Arredondo salen dos pistas hacia el suroeste, nosotros tomamos la que
está más arriba y es de menor categoría. Llegamos a unas chozas de
piedra cerca del barranco de los Porqueros, donde termina el carril.
Seguimos hacia el suroeste por veredas poco perceptibles, atravesando
viejos bancales de cultivo y descendiendo hacia el arroyo Bodurria.
Una
vez en el arroyo lo seguimos aguas arriba por un precario carril
utilizado para plantar árboles ribereños a ambos lados del mismo.
En
poco tiempo llegamos a un viejo molino y a una presa, ya vemos las
ruinas de la preciosa aldea de Santa Olalla, a ambos lados del
Barranco de las Casas. Recorremos la aldea, primeramente la parte que
queda en la orilla izquierda del barranco y después la que queda en
el margen derecho.
Texto
sobre la aldea de Santaolalla por “Proyecto Sierra de Baza:
“Esta
bella aldea de la Sierra de Baza, se localiza en la ribera del arroyo
Bodurria, a la altura del llamado Barranco de Las Casas, el que
desciende desde el Calar de Rapa a 1.480 metros de altitud. La zona
ha estado habitada hasta hace apenas unos años, siendo esta aldea el
último reducto de la presencia humana en el arroyo Bodurria, la
principal columna hidrográfica de esta Sierra y que unos kilómetros
más bajo, ya en el término de Caniles, tras juntarse con la Rambla
de Granada, pasará a denominarse Río Gállego primero y Río de
Baza después.
En
la zona es perfectamente visible la confluencia de los dos
principales sectores geológicos de esta sierra: el nevado-filábride
y el alpujárride, siendo muy vistosos los afloramientos de mármoles
cipolínicos, que contienen bandas de láminas micáceas, en el mismo
cauce del arroyo, por lo que aparecen pulidos naturalmente por el
agua.
Las
Casas de Santaolalla fue un importante núcleo de población de la
Sierra de Baza, de cuya importancia nos puede dar idea ahora el paseo
por sus ruinas, llegando a contar con un molino de agua, el llamado
Molino de Barragán, que se emplazada en la margen derecha del arroyo
Bodurria, aguas abajo, a unos metros de una pantaneta de regulación
que se acondicionó a final de los años setenta en este lugar, para
controlar las grandes avenidas que producían las aguas en estos
parajes, cuando tenían lugar lluvias torrenciales, lo que no era un
fenómeno ni mucho menos raro en los precedentes años, de forma que
tenemos constancia de graves inundaciones en los años precedentes.
Esta pantaneta, precisamente sirvió en 1998 para que la maquinaria
que había iniciado la deforestación de todo el arroyo Bodurria, al
amparo de una autorización dada para retirar “maderas muertas o
deterioradas previamente señaladas” y que en realidad supuso
la tala de la práctica totalidad de la vegetación de ribera que se
localizaba río abajo desde la altura del arroyo con la confluencia
del camino que conduce al Área Recreativa del Pinarillo hasta esta
presa, se salvara, al no poder continuar la maquinaria pesada con la
actuación deforestadora, de modo que es muy apreciable el contraste
que se divisa desde la misma presa, del paisaje que presenta el
arroyo aguas debajo de la presa y aguas arriba de la misma, donde no
pudo pasar la maquinaria que unos metros más abajo terminó con todo
vestigio de vida.
Esta
zona conserva, aunque muy deteriorado el agua sistema de riego con el
que estaban dotadas sus terrazas de cultivo, en las que se cultivaban
unas patatas de una calidad excepcional, de modo que aún podemos
localizar algunos de los acueductos y presas con los que los serranos
tomaban el agua para conducirla hasta sus terrenos de labor.”
Descendemos
de nuevo al arroyo Bodurria y seguimos aguas arriba por precarias
veredas, alejandonos en un punto del mismo para sortear unos resaltes
rocosos. Llegamos a una pantaneta y aquí ya tomamos una vereda mucho
más clara y que nos saca en pocos metros a una pista. Seguimos dicha
pista hacia el sureste (a la derecha), para en una cercana curva
cerrada salirnos de la misma siguiendo las indicaciones del sendero
señalizado de los “Álamos Centenarios”.
Descripción
de éste sendero por La Ventana del Visitante de los Espacios
Naturales :
“Se
recomienda este sendero esencialmente por la huella humana observable
en todo el recorrido por la cuenca alta del Arroyo Bodurria, pero en
especial en la Cortijada de los Mellizos, ahora en ruina y observable
desde el sendero, en la que se ha colocado un hito explicativo.
Se
trata de un sendero lineal muy atractivo, cómodo y de alto valor
natural, con abundante sombra y agua. Sin duda, un hermoso valle para
disfrutar andando en cualquier época del año dada la peculiaridad
del clima del mismo, ya que al encontrarse rodeado de altas cimas por
todos sus lados, presenta un tiempo cálido en los fríos días de
invierno y un clima fresco en los calurosos días de verano.
La
primera parte del sendero trascurre por una pista forestal entre
pinos de repoblación muy fácil de andar, y una vez que llegamos al
Arroyo Bodurria todo el paisaje cambia.
El
camino se convierte en una vereda que avanza paralela al curso de
agua, hasta conducirnos a antiguas aldeas abandonadas.
Las
huellas del pasado reciente están presentes en las antiguas huertas,
las acequias de riego, los viejos cortijos y sobre todo en Los
Mellizos, lugar central de reunión entre los vecinos. Esta aldea fue
uno de los núcleos de población más importantes de la Sierra de
Baza. Contaba con iglesia y cementerio propio, celebraba sus fiestas
en septiembre, y dos veces al mes organizaba su mercado. Desde los
años sesenta está completamente deshabitada.
Algunos
tramos del sendero, aún conservan los rasgos de los viejos caminos
de herradura, por la que transitaban los vecinos entre cortijos y
aldeas y para acceder a las lejanas poblaciones, situadas a más de
cinco horas de pesado y lento caminar.
Si
a esto añadimos lo riguroso del clima, a mas de 1.700 metros de
altitud, lo que se traduce en inviernos fríos y con nevadas
abundantes, comprenderemos los duros esfuerzos de sus habitantes por
sobrevivir en éstas áreas de alta montaña, donde la ganadería y
una agricultura escasa y de subsistencia, debido al corto verano,
fueron las bases del sustento.
En el
camino podremos disfrutar también de la figura espectacular de un
antiguo castaño y de la sombra de álamos centenarios, de Álamo
negro, que se estima puedan tener unos 300 años. El adjetivo "negro"
proviene de unas costillas negruzcas que se forman entre las grietas
que resquebrajan su grisácea corteza. No los confundamos con otra
especie de álamo, el temblón, mucho más común con corteza lisa y
blanquecina.
También puede iniciarse
desde el carril que desde la carretera discurre hacia Charches.
“
Texto
sobre la aldea de los Mellizos por “Proyecto Sierra de Baza”:
“En
la cuenca alta del arroyo Bodurria, a poco más de 1.700 metros de
altitud, muy próximo al límite con la provincia de Almería, se
emplaza la aldea serrana de Los Mellizos.
La
aldea o cortijada de Los Mellizos integrada por un significativo
grupo de casas de piedra con el tejado de pizarra y launa, también
llamadas de "tierra roja", actualmente en situación
lamentablemente ruinosa y de abandono, ya era citada en el Catastro
de Ensenada (1753).Otrora importante lugar de transacciones y mercado
bisemanal de esta sierra (los días 2 y 16 de cada mes). Las permutas
e intercambios de mercancías eran lo más
corriente; la moneda
apenas se utilizaba y la mayoría de la población vivía al margen
de la economía monetaria. Tal fue la importancia de este mercado,
que era conocido fuera de las fronteras meramente comarcales y a él
acudían vendedores ambulantes con caballerías cargadas para cambiar
las mercaderías
que transportaban por los productos que ofrecían
los serranos: patatas, trigo, centeno, lentejas, queso, huevos y
frutas, de modo fundamental. Aquí se celebraba también unas fiestas
anuales el primer domingo de septiembre, coincidiendo con la
finalización de la recolección de la cosecha de cereales y
posterior trilla, siendo un lugar muy concurrido y conocido en toda
esta
sierra, hasta que hacia los años sesenta la aldea quedó
completamente deshabitada y abandonada.
Si
nos introducimos en la aldea, debemos tener cuidado de no entrar en
las casas que, por su situación de abandono y ruina, representan un
manifiesto peligro y contentarnos con visitar sus empinadas calles.
Particularmente bonita es la plaza principal de la aldea, la de la
Ermita de San Antonio (fundada en el año 1868) y dedicada en sus
tiempos a la devoción del Santo,
un auténtico monumento y
símbolo de su época, del que solo quedan ahora sus paredes
maestras, habiéndose hundido totalmente la cubierta.
Los
Mellizos no solo contaban con iglesia propia, sino que también
tenían su cementerio cristiano, en el que tuvo lugar su último
enterramiento en 1963; hoy se encuentra lamentablemente rodeado y
escondido entre los pinares de repoblación que ni siquiera
respetaron el camino que antes unía la aldea con este lugar sagrado.
Debemos orientarnos situándonos mirando a la iglesia, para emprender
el camino hacia la derecha, localizándolo un poco más elevado de la
altura a la que nos encontramos. Encontramos el cementerio entre la
espesura, y delimitado por un recinto rectangular, del que ni
siquiera se conserva la puerta de acceso, lo que permite que en el
sagrado lugar penetren los ganados domésticos y fauna silvestre.
En
toda esta zona de Los Mellizos abundan los cerezos silvestres (Prunus
avium) de hecho este paraje fue conocida en la antigüedad como "Royo
del Cerezo". Aún en día se conservan en el lugar algunos de
estos excepcionales ejemplares. Aun cuando el mayor interés botánico
de este paraje lo tiene el bosque de álamos que se localiza a lo
largo del arroyo Bodurriadesde la altura de la cortijada de La
Fragüilla a la aldea de Los Mellizos. Nos impresionará el tamaño
de los ejemplares y la forma particularmente deforme de los más
gruesos, mucho de ellos ejemplares de los llamados trasmochos (el pie
se ha ido talado para un aprovechamiento sostenible y de un tronco
muy grueso sobresalen grandes ramas) Ha sido la aparente fealdad de
los ejemplares más excepcionales lo que les salvó de ser talados.
Sus troncos torcidos y sumamente curvos no eran aptos para el
aprovechamiento maderero, ni para la construcción. No merecía la
pena emplear grandes esfuerzos para cortarlos primero y
transportarlos después, desde este lejano lugar, que tampoco contaba
con camino practicable. Aun cuando la vegetación que encontramos en
la zona es la propiamente ripiaría o higrófila, esto es la propia
de márgenes de corrientes de agua, del piso Supramediterráneo,
constituida fundamentalmente por juncos, sauces, mimbreras, fresnos,
rosales silvestres y chopos, destaca la presencia de álamos
temblones (Populus tremula), llamados así por el ruido que producen
sus hojas al ser movidas por el viento y, particularmente, álamos
negros (Populus nigra): los de mayor tamaño y más interesantes de
este bosque galería.”
Aunque
nosotros hicimos éste sendero en sentido inverso a como se describe
y no lo recorremos íntegramente, pues al poco de pasar el cortijo y
la fuente de la Fragüilla y antes de llegar a la confluencia del
barranco del Aguardentero (por donde sigue el sendero señalizado)
con el Bodurria nos salimos del camino al sur para ascender de forma
muy acusada por un cortafuegos hasta la cima del Peñón de la
Lechera , a 2025 metros de altitud. Las vistas son magníficas,
aunque podrían ser mucho mejores si no fuera por el joven pinar que
empieza a ocultarlas hacia el sur, la zona de la Hoya de Guadix y el
Marquesado de Zenete.
Desde
el Peñón de la Lechera nos dirigimos al Pico Padilla (2.061 m),
para lo cual seguimos por el carril cortafuegos que hacia el sureste
primero ,este después recorre la cuerda, y antes de ascender al
Peñón de los Guardas (2.031 m) tomar un carril a la izquierda al
noreste y que se introduce en el pinar. En breves metros éste carril
sale a la carretera GR-8101, por la cual seguimos hacia el norte (a
la izquierda). Cuando la carretera gira a la izquierda para bordear
el Pico Padilla nosotros seguimos de frente por el carril que
asciende a la caseta de vigilantes y vértice geodésico de Padilla.
Las
vistas desde éste pico son soberbias, sobretodo hacia el interior de
éste parque Natural y sus altas cumbres, algunas de ellas superando
los 2.200 metros de altitud: Tejoletos ,Picón de Gor, Calar de Rapa,
Calar de Casa Heredia, Calar de Santa Bárbara...
Tras
almorzar con tan esplendidas panorámicas emprendemos la marcha, para
lo cual tomamos el cortafuegos primero y carril después que hacia el
noreste desciende hasta la carretera. Y por ella seguiremos durante
algunos kilómetros, pudiendo atajar algunas de sus amplias curvas y
descansar los pies de tan cansino asfalto.
Pasamos
por el punto donde empieza el sendero de los “ Álamos Centenarios”
(en el sentido que nosotros lo hicimos donde hubiésemos terminado de
haberlo seguido de forma íntegra), en el collado que forma el
barranco del Aguardentero. También pasamos entre los Cerros Ayala
(1.924 m) y Redondo (1.942 m), el Collado del Llano (1.938 m),
Durillo (1.965 m), La Falsa (1.904 m) y El Pico del Chaparral
(1.902), practicamente llaneando para a partir de aquí comenzar a
descender de forma más brusca.
Cuando
a nuestra derecha queda el cerro del Toril y a nuestra izquierda el
barranco de Floranes abandonamos la carretera y campo a través por
la raspa o loma que separa los barrancos de Floranes y Tornazo
descendemos acusadamente por un denso pinar hasta el refugio o aula
de la naturaleza de Floranes, cortijo de Floranes en los mapas y
desde aquí hasta donde estacionamos los vehículos, dando por
concluida ésta fantástica ruta.
Análisis ibp index
|
Salimos desde Floranes y nos introducimos en un denso pinar. |
|
Pronto damos vistas al valle del arroyo Bodurria... |
|
...entre brumas matinales. |
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El Calar de Rapa. |
|
Cuzamos un barranco por un puente en las laderas occidenteales del Cerro Alonso y el Cerro de la Misa. |
|
Bonito sendero que desciende al barranco de Plaza... |
|
...para tras vadearlo comenzar a tomar altura. |
|
Cortijo de Pinar Hoya en la ladera del Calar de Rapa. |
|
Arredondo en el valle del Bodurria. |
|
Pinar Hoya. |
|
Vadeamos el arroyo Bodurria... |
|
...para llegar... |
|
...al cortijo... |
|
...de Arredondo o de las Noguericas. |
|
Bonito lugar para descansar. |
|
Cortijo de Arredondo. |
|
Llegamos a las chozas de piedra, donde acaba el carril... |
|
...y descendemos por precarias veredillas hasta el lecho del Bodurria. |
|
La rivera del Bodurria en ésta parte... |
|
...está siendo reforestada. |
|
Pronto empezamos a divisar las ruinosas casas de Santa Olalla... |
|
...a ambos lados del barranco de las Casas. |
|
Precioso paraje... |
|
...perdido en el olvido de sus ruinosas moradas. |
|
Cuesta imaginarse que no hace mucho tiempo éste rincón era un hervidero de gentes. |
|
Bonito colorido otoñal en el barranco de las Casas. |
|
Nos dirigimos a la otra parte de ésta aldea fantasma. |
|
Última casa que estuvo habitada en Santa Olalla. |
|
Nogueras en nuestro camino de nuevo al lecho del Bodurria. |
|
Recorremos el Bodurria aguas arriba en busca del sendero de los Álamos Centenarios. |
|
El otoño está en su plenitud en ésta rivera. |
|
Salimos a una pista... |
|
..que en breves metros nos llevará al inicio del sendero de los Álamos. |
|
El precioso sendero de los Álamos Centenarios. |
|
Pasamos junto al viejo castaño... |
|
...de los Mellizos. |
|
Nos aproximamos a otra aldea fantasma,... |
|
...la de los Mellizos. |
|
Contaba ésta aldea con iglesia y cementerio. |
|
Sin duda un precioso paraje. |
|
Cementerio de los Mellizos. |
|
Y llegamos a los esperados Álamos Centenarios. |
|
Una maravilla de la naturaleza... |
|
...y un placer recorrerlos. |
|
Zona de la Fuente de la Fragüilla. |
|
Donde el sendero deja al Bodurria para remontar el Aguardentero... |
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...nosotros lo dejamos para ascender por un cortafuegos... |
|
...camino del Peñón de la Lechera. Altas cumbres bastetanas desde éste pico. |
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Sierra Nevada. |
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Al fondo Sierra Arana. |
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Las féminas llegando al Peñón de la Lechera. |
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Camino del Pico Padilla... |
|
...al que vemos bastante cerca. |
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Caseta de vigilantes y vértice geodésico del Pico Padilla. |
|
Sector occidental del Parque Natural de la Sierra de Baza. |
|
El sector oriental... |
|
...y la Sierra de Filabres. |
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El Altiplano Granadino. |
|
Y en el cortijo de Floranes ponemos punto y final a ésta soberbia ruta. |
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