Impresionante
y bellísima ruta corta de ida y vuelta que coincide con la etapa 19
del GR- 247 Bosques del Sur, en la puede ser una de las etapas más
impresionantes del todo el gran sendero. .Sobretodo es increíble el
sendero que atraviesa los abismos del Poyo Gavilán por dos fabulosos
pasos en sus caras este y oeste, uno de ellos es el de la Viga, donde
nos dimos la vuelta para regresar a Prado Maguillo donde estábamos
alojados en la bonita casa rural “Casa Rocar”.
La
ruta la hicimos con niños, aunque hay que tener mucha precaución en
los mencionados pasos, pues hay tramos aéreos y peligrosos. También
hay escalones grandes que pueden resultar un problema para ellos.
Descripción
que la topoguía del GR- 247 hace de éste tramo de la etapa 19,
aunque hay que tener en cuenta que la etapa empieza en la Toba y
acaba en Parado Maguillo, así entonces es aplicable al regreso que
hicimos desde el Paso de la Viga. También hay que puntualizar que el
tramo que comprende desde Prado Maguillo a los Anchos no lo hicimos
por la carretera como explica la guía, es decir siguiendo el GR,
sino cerca del arroyo de la Cañada o de los Anchos, por veredillas
que comunicaban los bancales y entre las choperas, que mucho más
bonito e interesante:
Esta
etapa es corta pero intensa por la cantidad y variedad de alicientes
que tiene, de manera que los esfuerzos del caminante se verán
sobradamente compensados. Recorriéndola se goza de grandes
panorámicas desde los puntos más elevados, inmensos bosques de
pinos laricios y pequeñas aldeas de casitas blancas, perdidas en la
montaña, auténticos baluartes aún vivos de la vida tradicional de
la alta montaña andaluza, como La Toba (con un potente nacimiento de
agua en una cueva), la Fuente del Esparto, Los Anchos o Prado
Maguillo, estas dos últimas en un delicioso valle mil veces
fotografiado y con una arquitectura popular bastante bien conservada.
La
ruta salta del valle del río Segura al del Arroyo de Los Anchos,
este último aún más angosto y solitario que el primero. Tras
cruzar el río Segura conoceremos minúsculas aldeas, algunas de
ellas ya deshabitadas. Después ascenderemos por pinares
–sobrevolados por el buitre común y el águila real– hasta el
espectacular Paso de la Viga, un estrecho portillo en la roca tras el
que se abre un inesperado balcón natural hacia el Valle de Los
Anchos.
Desde
allí bajamos para atravesar los plácidos campos de labor, muchos de
ellos abandonados pero punteados por pequeñas choperas que añaden
unas cálidas pinceladas amarillas en otoño. La aldeas de Los Anchos
y Prado Maguillo parecen suspendidas en el pasado, y en ellas nos
podremos fijar en muchos detalles de la arquitectura tradicional
serrana, además de recrearnos sin prisa en la vista de este recoleto
valle encajado en la alta montaña. Es interesante visitar el
sorprendente Colección Etnológica Alma Serrana, situado en un
entorno de gran calidad paisajística y que atesora un sinfín de
objetos pertenecientes a todos los oficios tradicionales.
Paso
de la viga:
La
senda se va encaramando por terreno cada vez más rocoso y llega a un
punto donde no sería posible su continuidad de no ser por el hábil
y duro trabajo de los antiguos habitantes de la zona que, en el Paso
de la Viga, levantaron una horma o calzo de piedra seca (es decir,
sin argamasa, como sería el caso de la mampostería) de varios
metros de altura para apoyo del camino al tiempo que excavaron la
pared rocosa a lo largo de varios metros para que hubiera el hueco
suficiente para poder pasar. El esfuerzo de construir este paso
merecía la pena, porque las relaciones entre el valle del Segura y
el de Los Anchos era intenso cuando todas las aldeas y cortijos
estaban poblados y resultaba imprescindible que hubiera al menos un
lugar por donde poder pasar con las caballerías sin dar grandes
rodeos. Gracias al Paso de la Viga los habitantes de ambos valles
mantuvieron siempre unas fluidas relaciones, tanto comerciales como
personales y familiares. Había, y sigue habiendo, otros pasos entre
ambos valles, pero solo podían recorrerse a pie.
La
ruta serpentea entre farallones por un firme poco consolidado, con
bastantes piedras sueltas, por lo que hay que tener especial
precaución. Además, durante parte del año baja un pequeño arroyo,
que en ocasiones puede helarse. Si miramos hacia atrás, las vistas
hacia el valle del Segura nos obligarán a detenernos con admiración.
Finalmente salimos de la grieta y a escasos 200 metros finaliza la
subida en el collado. El camino se suaviza a partir de aquí y llanea
en medio de un espléndido balcón natural con vistas no menos
asombrosas. A nuestra derecha, ya en la otra vertiente de la montaña,
quedan los farallones de Poyo Gavilán y el paso de La Raja, parecido
al de la Viga pero aún más angosto, y por el que no va nuestra
ruta.
Muy
pronto gozaremos de la visión del espectacular valle de Los Anchos,
con la aldea del mismo nombre y otras como Majada Oscura y Prado
Maguillo, teniendo como telón de fondo la Loma del Mirandante y los
calares de Peña Rubia y El Espino. Desde aquí hasta Los Anchos,
aunque la ruta está perfectamente señalizada, hay que estar
especialmente pendientes de las marcas y balizas.
Tras
bajar por un tramo de terreno aún rocoso, el camino se interna en el
pinar y se hace más ancho y cómodo, aunque depara menos emociones.
Poco antes de llegar al fondo del valle, en un amplio claro del
bosque y tras haber recorrido poco más de kilómetro y medio desde
el Paso de la Viga, pasamos junto al pequeño cementerio de Los
Anchos, que queda a nuestra izquierda. Es un lugar conmovedor cuyos
bajos muros nos permiten asomarnos al recinto y ver las sencillas
tumbas, sin nichos ni lápidas, donde descansan los restos de los
serranos y serranas que durante tanto tiempo vivieron de los recursos
de este valle de montaña, creando con ello el armónico paisaje que
nosotros ahora disfrutamos.
Poco
después salimos del bosque y llegamos a la deliciosa vega de Los
Anchos, con bancales, huertos (la mayoría sin cultivar), manzanos y
pequeñas choperas que en otoño dan las pinceladas amarillas que
tanto embellecen este paraje. Pasamos el arroyo de Los Anchos por un
puente y continuamos siguiendo las balizas, alcanzando la aldea cien
metros después.
Los
Anchos:
Esta
aldea merece un detenido paseo para contemplar su bien conservada
arquitectura popular, como la de las aldeas cercanas, además de sus
hermosísimas vistas. Descubriremos el lavadero, la ermita y el viejo
horno comunal restaurado.
Es
imprescindible desviarse de la ruta para bajar por la carreterita del
valle, hacia la izquierda, a la vecina aldea de Majada Oscura, a la
que se llega en pocos minutos y donde está la Colección Etnográfica
Alma Serrana. A pesar de su reducido espacio, alberga una gran
colección de objetos antiguos de uso cotidiano en la vida
tradicional serrana, y está en un lugar absolutamente sorprendente,
en el que no se espera encontrar algo así. Transmite autenticidad,
no sólo por las piezas que expone, sino también por el cortijo
tradicional que ocupa y por el extraordinario paisaje del que forma
parte. La casa-museo nos propone un recorrido por diferentes aspectos
de la vida tradicional, tales como las estancias de la casa serrana,
la escuela rural, la barbería, el antiguo mesón, el establo y los
oficios relacionados con el bosque.
Desde
Los Anchos, el sendero Bosques del Sur continúa por la pista
forestal asfaltada que sale de la parte de arriba de la aldea, a
pocos metros de la ermita y el lavadero, hacia la aldea de Prado
Maguillo. Lo que resta es un grato paseo suavemente ascendente entre
pinos, encinas, chopos y pequeñas praderías, con trechos que tienen
buenas vistas hacia el valle.
Prado
Maguillo:
La
etapa termina en esta deliciosa aldea, que es más pequeña que Los
Anchos, pero que también conserva bien la arquitectura popular y
tiene una posición algo más elevada, lo que la convierte en un
inolvidable mirador sobre el valle. Prado Maguillo es además uno de
los lugares más estratégicos del sendero Bosques del Sur, ya que es
principio o final de tres
etapas:
la 19,
que acabamos de describir; la20,
por la que llegamos hasta el refugio de la Era del Fustal, y la
etapa 1 de la variante GR 247.1,
que se dirige al valle de río Madera.
En
Prado Maguillo y en Los Anchos hay oferta de turismo rural, si bien
es reducida, lo que puede hacer recomendable que reservemos con
cierta antelación porque se trata de aldeas muy pequeñas. Existe la
posibilidad alternativa de pernoctar en el refugio de la Casa
Forestal El Bodegón, situado a 1,4 kilómetros de Prado Maguillo.
Para llegar a él hay que salir de la aldea por la pista forestal por
la que discurre la etapa
1 de la Variante GR 247.1,
que va hacia río Madera y está indicada con señales direccionales.
Una vez recorridos 750 metros de toma un desvío a la izquierda,
también señalizado, que nos conduce al refugio al cabo de otros 650
metros. Ocupa una de las construcciones auxiliares de la antigua casa
forestal. Tanto esta como el almacén –al que se llamaba barraca–
ya están en ruinas, pero el paraje, que es un amplio claro en pleno
bosque, es encantador.
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Salimos temprano de Prado Maguillo. |
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Hay una buena helada sobre los viejos bancales. |
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Tomamos veredas entre los bancales y las choperas.... |
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...cerca del arroyo de la Cañada. |
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Y casi sin darnos cuenta llegamos a la aldea de Los Anchos. |
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Y subimos a Los Anchos... |
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...para pasear por sus bonitas calles y tomar el GR- 247. |
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Por el GR- 247 Bosques del Sur. |
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Bonitas choperas en el arroyo de Los Anchos. |
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Pasamos junto al cementerio de Los Anchos. |
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Conforma ascendemos vamos teniendo impresionantes panorámicas del valle de Los Anchos. |
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El sendero tiene un trazado impresionante y bellísimo buscando pasos entre las rocas. |
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Los Anchos con el Calar de Peña Rubia detrás. |
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Prado Maguillo con el Morretón detrás y el Calar de la Nava del Espino al fondo. |
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Una parada para contemplar la belleza del Paisaje. |
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Seguimos ascendiendo. |
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El impresionante Poyo Gavilán. |
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Fabulosos cortados... |
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..y como el sendero busca magistralmente... |
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...el paso para salvarlos. |
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Los Anchos. |
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Precioso balcón. |
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Tras Poyo Gavilán observamos el Puntal de la Misa. |
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Balizas del GR- 247 en éste precioso sendero. |
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Aunque algunos tramos no son los más idóneos para niños tan pequeños, con precaución y llevandolos de la mano si ya están acostumbrados a éstas caminatas lo realizan sin problemas. |
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Fantástico Poyo Gavilán y el paso de la Raja abajo. |
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El Yelmo al fondo. |
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El Paso de la Raja. |
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Puntal de la Misa y Dientes de la Vieja en el Calar del Cobo. |
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Y comenzamos a descender por uno de los senderos más impresionantes del Parque. |
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El Paso de la Viga... |
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...realizado en un estrecho canuto... |
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...zigzagueando numerosas veces y reforzado con muros de mampostería. |
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Los ariscos y abruptos bordes del Calar del Cobo. |
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El Puntal de la Misa y los Dientes de la Vieja. |
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Saliendo del estrecho canuto del Paso de la Viga. |
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El sendero fue ganado al vacío por medio de muros de mampostería. |
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Y como colofón a éste extraordinario y asombroso paso transitamos por ésta repisa. |
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Fantástico. |
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Y toca regresar por el mismo lugar, con otra perspectiva y distinta luz. |
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Venero junto al sendero. |
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Poyo Gavilán. |
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Otro fantástico paso , ahora de bajada. |
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Prado Maguillo. |
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Recorrido que se disfruta y saborea a cada paso. |
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De nuevo pasamos junto al cementerio, ahora ya sin helada. |
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Manzanos junto al arroyo de Los Anchos. |
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Los Anchos. |
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Atravesamos las choperas para llegar a Prado Maguillo. |
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Los verdes viejos bancales de cultivo junto a las choperas. |
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Unos días antes las choperas tuvieron que estar impresionantes luciendo su colorido otoñal . |
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Y llegamos a Prado Maguillo... |
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...dando por concluido éste bonito paseo. |
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