Precioso paseo por las
inmediaciones del poblado minero de el Centenillo, enclavado en el
corazón de la Sierra Morena Jiennense y en donde recorremos los
restos de parte de su vieja actividad industrial ,que modelaron en
buena parte la actual fisionomía de la zona.
En éste recorrido podemos
disfrutar de unas fantásticas vistas de éste sector de la
cordillera Mariánica , donde se dan algunas de las mayores altitudes
de la misma, aunque eso sí, bastante modestas en comparación con
otras serranías cercanas y de darnos un agradable paseo entre densos
pinares de repoblación.
Estacionamos el vehículo
en el centro del poblado, al que se accede desde la ciudad de La
Carolina por la carretera JA-6100/ JV-5031 y a unos 16 kilómetros de
ésta.
Paseamos por las callejas
del poblado y buscamos la Plaza de la Iglesia. Al sur de la plaza
tomamos una calle que continúa como camino, saliendo del poblado.
Descendemos hasta situarnos paralelos a la carretera que nos llevó
al poblado, aunque unos metros después nos alejamos definitivamente
de ella.
Llegamos a una bifurcación
de caminos, tomando el de la derecha, al noroeste. Pasamos junto a
una de las puertas de la finca Dehesa Inhiestares, llevando el
vallado de la misma a nuestra izquierda durante más de 1,5
kilómetros. Ahora además de pinares de repoblación vamos viendo
restos de los que fue el viejo bosque autóctono, alcornoques
principalmente, mientras nos vamos acercando a la orilla del bonito
Arroyo de Valbueno, el cual remontaremos unos metros.
El camino llega a las
escorias del Pozo Mirador y aquí tenemos dos opciones. O bien
seguimos cómodamente por el camino que traemos y llegar de nuevo a
el Centenillo o bien ascendemos al cerro Lorente por la trocha que
sale a nuestra derecha hacia el sureste. Nosotros optamos por la
segunda opción, el ascenso no es largo, pero si muy empinado, pero
las vistas que vamos obteniendo lo compensan.
En la cima del cerro hay
una antena y una caseta de vigilantes. Seguimos por el camino que
desde el poblado lleva a la torre de vigilantes y al entrar en el
poblado descendemos hacia el campo de fútbol, el cual llevamos un
rato divisando. Aquí tomamos el camino que hacia el norte lleva a
los restos del cercano Pozo Mirador y el nombre le va como anillo al
dedo, pues desde aquí podemos divisar una buena porción de éste
sector serrano, sobre todo del Peñón Jurado, Cerro de las Tres
Hermanas y del Parque Natural de la Sierra de Andújar.
Descendemos a la carretera
JM-5005, que comunica el Centenillo con Andújar y la seguimos
dirección este , hacia el poblado. Al entrar de nuevo en el poblado
tomamos un carril a la izquierda, al norte y que en breves metros nos
llevan a las ruinas del Pozo de San Tomás, donde también se
obtienen unas bellas panorámicas.
Seguimos el carril y en
breves metros llegamos a una zona donde a la derecha hay un túnel;
hemos conectado con el sendero balizado y señalizado de Pozo Nuevo.
Este sendero es circular,
pero nosotros lo vamos a realizar de forma ida y vuenta . Empezamos
por atravesar el túnel para seguir hacia el noreste por el antiguo
trazado del ferrocarril que llevaba a Pozo Nuevo. En algo menos de 1
kilómetro llegamos a las ruinas de Pozo Nuevo, donde vemos los
restos de los edificios que albergaban la maquinaria que hacían
funcionar la mina. Empezó a funcionar en 1.917 y estuvo activa hasta
1.963. Tiene una profundidad de 570 metros.
El punto culminante de
éste sendero es un privilegiado mirador sobre el valle del Río
Grande o Guadalevín , teniendo unas inmejorables panorámicas del
abrupto y bellísimo macizo pétreo de El Puntal – Montón del
Trigo.
Desandamos el viejo
trazado del ferrocarril y en vez de atravesar de nuevo el túnel,
seguimos hacia el poblado para dar por concluido este interesante y
atractivo paseo.
Datos sobre El Centenillo
extraídos del Patrimonio Inmueble de Andalucía:
El
poblado El Centenillo se encuentra a 42 Kilómetros al norte del
núcleo urbano de Baños de la Encina. Construido poco después del
año 1867 por los primeros técnicos ingleses de la Sociedad Especial
Minera Rio Grande para dar alojamiento a los trabajadores de las
minas de plomo y sus familias.
El
pueblo se organiza, siguiendo los modelos de urbanismo obrero inglés,
en hileras de viviendas adosadas, de una planta, y cubierta a dos
aguas protegida con teja cerámica. Como elemento exógeno destacan
las chimeneas. Estas viviendas disponen de jardín delantero cercado
con madera pintada de color verde. En su organización se distinguen
viviendas de grandes dimensiones para los técnicos de la mina y
administradores extranjeros, y viviendas más modestas para
trabajadores. Destacan las viviendas en cuarteles destinadas a
solteros como viviendas seriadas de mampostería irregular y cubierta
a dos aguas cuyo acceso se realizaba por un pequeño patio anexo al
cuarto de aseo, tras el cual se accedía a un espacio diáfano en el
que se combinaba el comedor y el área de descanso en una única
estancia común.
El
poblado cuenta con edificios de uso comunitario como: escuela,
casa-cuna, iglesia católica y protestante, un pequeño hospital,
cuartel, botica, mercado, centralita telefónica y de correos,
biblioteca, talleres mecánicos, barbería y peluquería.
También
se dotó al poblado de servicios complementarios como el casino, el
cine de verano y de invierno (Salón Recreo) e infraestructuras
deportivas como la pista de juego de pelota a tres paredes (el
trinquete), la pista de tenis, y el campo de fútbol, utilizado como
foso taurino.
Es
necesario destacar el Casino, sociedad o círculo de recreo que se
instala en un lugar céntrico del poblado y que se convirtió en
principal escenario de interacciones sociales y convivencia,
fundamentalmente masculina y de afinidad de clase y actividad que
quedaría bajo el mecenazgo de la empresa de minas (la aportación de
los socios era reducida), que cooperaría en su mantenimiento con la
denominada Cooperativa " Abastecedora. Esta sociedad estaba
dotada de reglamento oficial, "Circulo Recreativo de Minas del
Centenillo", sin embargo a diferencia de otros casinos
existentes en ciudades españolas, destacaba su carácter mayormente
permeable y horizontal, quedando abierta la posibilidad de asociación
a todo personal vinculado con la mina. Este edificio contaba para los
asociados de un gran salón público, sala de tertulia, sala de estar
a la hora del aperitivo, sala de lectura, de juegos, etc.
Datos
Históricos:
En
la Sierra Morena giennense, al norte de la provincia, se sitúa el
Antiguo Distrito Minero de Linares - La Carolina, que comprende los
municipios de Bailén, Baños de la Encina, Carboneros, La Carolina,
Guarromán, Linares, Santa Elena y Vilches.
La
actividad minera en la comarca es referenciada desde hace al menos
cuatro mil años, en la Edad del Bronce (cultura argárica), además
de ser asumida por íberos fundamentalmente para la explotación de
las minas dedicadas a la extracción del plomo, alcanzándose un alto
nivel de actividad en época romana.
Desde
mediados del siglo XIX se establecerán compañías extranjeras que
multiplicarían los procesos extractivos, productivos y metalúrgicos,
dando lugar a un proceso de cambio estructural en la economía del
distrito que quedará expresado en un aumento considerable de
población vinculada a la actividad extractiva además de su renta
per cápita y productividad.
Progresivamente
se introdujeron y conocieron en la comarca minera nuevas formas de
producción moderna basadas en principios de organización racional y
económica del trabajo, que afectarían también a otros sectores
económicos de la comarca (sectores agrarios y de servicios). Este
dinamismo también tendrá nuevas consecuencias sociales ideológicas
y culturales: surgimiento del movimiento obrero, urbanización, mayor
división del trabajo, mejoras en la red de transportes, etc.
Estos
efectos en el distrito minero, propios de la transición entre la
primera y segunda revolución industrial (grandes corporaciones,
producciones en masa....), ligados a la producción y extracción
minera durante un largo proceso extenso en el tiempo, van a
proporcionar un paisaje cultural cada vez más vinculado a casas de
máquinas de bombeo cornish, casas de máquinas de extracción de
balancín y cilindro vertical, chimeneas, pozos, cabrias,
escombreras, estaciones de ferrocarril y líneas ferroviarias,
viviendas obreras... que permiten reconocer y valorar la evolución
de la población y sus ciudades.
Ante
el proceso de concentración progresiva de la población en
territorios cercanos a las minas, y el desarrollo paralelo de las
ciudades ligadas a la actividad extractiva, surgirían nuevas
problemáticas que obligaron a tomar medidas para mantener la
funcionalidad económica y propiciar alojamiento tanto a técnicos
cómo obreros, provocando a la vez el aislamiento de los mismos de la
ciudad.
En
torno a las minas se planearon núcleos de nueva planta siguiendo,
como en el caso de El Centenillo, los modelos del urbanismo obrero
inglés, planificándose la creación de viviendas de importantes
dimensiones para los técnicos extranjeros, y la construcción de
viviendas más modestas para jornaleros, siendo el extremo las
destinadas para los temporeros en las afueras de estos núcleos, como
las denominadas "casas de solteros".
En
núcleos ya existentes el proceso lleva a una macización de las
parcelas, habilitándose los patios de las casas y los corralones
para viviendas y sufriéndose a la vez un incremento de la
autoconstrucción para albergar a esta nueva población jornalera.
Es
en 1865 cuando técnicos ingleses que pasarían a vivir en Linares
mostrarían interés por las minas de El Centenillo reconocidas por
su productividad en todo el distrito, fundándose de esta forma la
"Sociedad Especial Minera Río Grande" en 1867, y
posteriormente el "Centenillo Silver Lead Mines Company
Limited". En una progresiva acumulación de capital, en 1898
pasaría a denominarse la "New Centenillo Silver Lead Mines
Company Limited", siendo en 1921 cuando, cambiando el domicilio
fiscal a España, sería reconocida por "Minas del Centenillo
S.A.", pasando a finalizar su gestión empresarial bajo
titularidad de la empresa francesa Peñarroya, que cesaría la
actividad en 1963.
El
desarrollo de la comarca contemplará un lento decaimiento en la
producción debido en gran medida al agotamiento de los filones, las
fluctuaciones del mercado, la obsolescencia de la maquinaria y la
competencia internacional.
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Cerca de la plaza donde se erige un monumento en homenaje a los mineros que trabajaron y murieron aquí estacionamos el vehículo. |
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Comenzamos el paseo y llegamos a la Plaza de la Iglesia. |
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Descendemos entre pinares de repoblación. |
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Caminamos junto al vallado de la bonita finca Dehesa de Inhiestares. |
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Mientras nos vamos acercando al Arroyo de Valbueno. |
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Arroyo de Valbueno. |
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Comenzamos el ascenso al Cerro Lorente mientras obtenemos bonitas vistas de Tres Hermanas. |
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Y del Peñón Jurado. |
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La Sierra de Andújar. |
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El ascenso es acusado pero Azahara y Aitor lo llevan con paciencia. |
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Aitor y Aazahara llegando a la torre de vigilantes. |
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Torre de vigilantes... |
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...del Cerro Lorente. |
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Vista de El Centenillo desde el Cerro Lorente. |
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El Centenillo con el Montón del Trigo de fondo. |
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Originales maceteros en una casa de El Centenillo. |
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Pozo de San Tomás desde Pozo Mirador. |
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San Tomás. |
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Pozo Mirador. |
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Vistas desde el Pozo Mirador. Peñón Jurado. |
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Tres Hermanas. |
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Pozo Mirador. |
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Llegando al Pozo San Tomás. |
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Buenas vistas también desde aquí. |
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Conectamos con el sendero señalizado de Pozo Nuevo... |
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...y atravesamos el viejo túnel ferroviario. |
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Panel de inicio del sendero de Pozo Nuevo. |
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Llegando a los restos de edificios de Pozo Nuevo. |
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El sensacional mirador de Pozo Nuevo. |
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Para Aitor y Azahara todo es un juego. |
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Todo un placer sentarse en éstos bancos y contemplar tan magníficas panorámicas. |
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La mole pétrea de El Puntal. |
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Extensos bosques cubren los valles del Río Grande y del Arroyo de los Camarenes. |
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Cerrillo del Plomo y valle del Guadalevín. |
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El Puntal. |
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Foto familiar con el Puntal de fondo. |
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Barracones de Solteros. |
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Nos despedimos de El Centenillo por ahora. |
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