Cuando
hablamos de hacer montaña en Sierra Nevada siempre nos vienen a la
mente sus tresmiles, sin duda una maravilla del Sur Peninsular, pero
Sierra Nevada es mucho más que su alta montaña. En la baja y media
podemos hacer autenticas rutas montañeras; bellísimas, singulares,
impresionantes y muy ricas en contrastes, matices y emociones. El
Trevenque y la cuerda de los Alayos de Dílar son los reyes de ésta
media montaña Nevadense; afilados, ariscos y muy agrestes, con
vistas espectaculares, en la que recorremos arenales dolomíticos,
densos bosques de pinos y robles melojos, profundos , erosionados y
espectaculares barrancos, auténticos ríos montañeros que nacen
directamente del deshielo y senderos que son el sueño de cualquier
senderista.
La
Sierra del Manar, prolongación natural occidental de la cuerda de
los Alayos, en cambio es más dócil, de perfiles más suaves y por
tanto al estar menos erosionada que sus hermanas mayores, sus laderas
están cubiertas de densos y tupidos bosques, pinares de carrascos y
resineros principalmente.
La
combinación en un solo recorrido de ambas unidades orográficas,
separadas por el collado de Montellano, nos asegura sin duda una ruta
rica en contrastes y con unas panorámicas espectaculares, aunque por
desgracia nosotros no pudimos disfrutar plenamente de ellas debido a
las nubes. Pero aún así es un recorrido que se puede disfrutar
inmensamente, pues uno de sus grandes alicientes está en que gran
parte del mismo se desarrolla por deliciosos senderos cargados de
historia, veredas que se construyeron principalmente para la
repoblación forestal de estas erosionadas montañas de arenales
dolomíticos, la mayoría con la mano de obra de prisioneros de la
Guerra Civil, esclavos del régimen franquista, como la Vereda de los
Gudaris, realizada por prisioneros vascos.
En
éste articulo de andalucesdiario.es se hace referencia a la vereda
construida por los Gudaris vascos que se encontraban recluidos en la
Casa Grande de Padul:
“En
la Casa Grande de Padul (Granada) no queda rastro de su pasado
siniestro como campo de concentración franquista. Nada
indica que ese castillo palaciego del siglo XVI fue durante la Guerra
Civil un centro de reclusión en el que los prisioneros eran
utilizados como mano de obra para trabajos forzados. El tiempo y la
amnesia colectiva parecen haber borrado esa parte de su historia. El
grupo de trabajo de memoria histórica de CGT-Andalucía reclama
desde hace años la protección y señalización de los campos de
concentración del franquismo para que no caigan en el olvido. Ahora,
la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de
Andalucía trabaja en el mapa de Lugares de Memoria Histórica de
Andalucía, en el que estarán los campos de concentración, entre
ellos, el de la Casa Grande de Padul.
El
campo de la Casa Grande es quizás uno de los menos documentados de
Andalucía. Pero por
este centro y otros dos que existieron en Padul (el Corralón de
negocios y el Olivarillo) pasaron unos cinco mil presos políticos,
la mayoría, procedentes del País Vasco. De su paso por allí queda
el camino de los Gudaris, una vereda abierta en la Sierra del Manar
por presos políticos vascos durante la Guerra Civil. Estos internos
realizaron trabajos forzados, de sol a sol, para construir el camino
que permitiría realizar la repoblación forestal y que ahora forma
parte de una ruta de senderismo. Tampoco hay ninguna alusión en la
vereda al trabajo esclavo de estos presos del franquismo.”
Ésta
ruta la he calificado de difícil debido principalmente a la
distancia (más de 24 km) y el desnivel acumulado (casi 1.200 m),
aunque la mayor parte del recorrido se desarrolla por senderos muy
definidos ,aunque algunas rampas son muy explosivas . Algunos
barrancos han desdibujado e incluso borrado el trazado de los
senderos debido a la erosión , haciendo que algunos pasos sean un
poco expuestos , pero que en condiciones normales (sin nieve ni
hielo) se sortean sin problemas.
La
ruta comienza en el amplio aparcamiento del área recreativa del Río
Dílar , a poco más de 3,5 kilómetros de la localidad de Dílar ,
al que se llega por un camino asfaltado (el camino de la fábrica) ,
que se encuentra debidamente señalizado. Muy cerca de dicho
aparcamiento se encuentra el Aula de la Naturaleza Ermita Vieja.
Por
el límite sur del aparcamiento pasa la Acequia Alta, por la que
empezaremos a caminar hacia el oeste. Un amplio sendero acompaña a
la acequia, pero hay que advertir que un cartel prohíbe el paso por
obras. Nosotros pensando que en fin de semana y con el tiempo algo
inestable no habría nadie trabajando allí decidimos pasar. Y
efectivamente el paso estaba expedito.
Toca
ahora una deliciosa caminata de unos dos kilómetros ,sin apenas
desnivel, bajo un frondoso dosel vegetal y con la acequia a nuestro
lado. Pero en este tramo nos encontramos con dos obstáculos, dos
acueductos, donde no queda más remedio que pasar por el fino muro de
la acequia, o salirse la misma y bordearlo. El primer acueducto, más
largo y alto, decidimos bordearlo, pues no es en absoluto apto para
los que tengan vértigo y donde una caída podría resultar fatal. En
cambio el segundo, muy corto y con poca caída, si que lo pasamos por
el murete de la acequia.
Al
poco de pasar la acequia por las ruinas del cortijo de la Bizcardía
y el del Encinar (reconvertido en casa rural), nos salimos de la
misma por un carril que pasa a su lado.
Seguimos
éste carril hacia el sur en fuerte ascenso para en una próxima
bifurcación virar hacia el Noroeste. Este carril nos lleva a la
Ermita de la Virgen de las Nieves, aunque un poco antes de llegar a
la misma nos encontraremos el panel informativo que da inicio al
“Sendero de la Silleta”, el cual seguiremos durante casi 8
kilómetros.
Descripción
que hace el Patronato Provincial de Granada de este tramo señalizado
de la ruta:
“La
ruta asciende desde los 945 metros de Ermita Nueva hasta los casi
1.500 de la Silleta de Padul, lo que permite cruzar distintos
paisajes de baja y media montaña. Discurre por varios caminos
forestales y senderos, permite admirar la impresionante formación
rocosa Piedra Ventana y divisar la Vega de Granada, los picos del
Corazón de la Sandía y el Trevenque, los Alayos de Dílar y el
Valle de Lecrín.
La
ruta da comienzo cerca de Dílar, en la zona más oriental de la
población, junto a la Ermita de la Virgen de las Nieves o Ermita
Nueva que se erige junto a un almendral. Tras
proveernos de agua en la fuente, iniciamos la ruta en dirección sur
desde la espalda de la ermita por una pista que asciende suavemente
entre almendros y olivos. A
1,5 km. se llega a una balsa de riego, punto donde abandonamos la
zona de cultivos para internarnos por una vereda que en constante
ascenso nos conduce entre un bosque de pinos. Pronto el terreno
cambia a arenas dolomíticas y notamos como la vegetación que nos
rodea se adapta al cambio del suelo. Sin dejar de ascender llegamos
al collado de los Cabreros donde, junto a las ruinas de un antiguo
cortijo, se extienden amplios llanos que antaño estuvieron sembrados
de cereales.
Dejando atrás
este paraje seguimos por una pronunciada vereda atravesando zonas de
matorral pobladas de aulagas hasta llegar a un repecho final que nos
conduce hasta el Cerro de la Silleta. Tras la continua dura
subida donde hemos salvado más de 500 m de desnivel, merece
la pena un descanso para reponer fuerzas y contemplar las espléndidas
panorámicas que nos rodean. Ante nuestros ojos aparecen varias
cumbres que superan los tres mil metros: el Veleta (3.396 m), los
Tajos de la Virgen (entre 3.342 y 3.179 m), Cartujo (3.150 proyecta
su prolongada loma hasta encontrarse con la Alpujarra).
En
este punto abandonamos durante unos minutos el sendero circular para
desviarnos a contemplar la caprichosa formación rocosa Piedra
Ventana. La erosión ha labrado un gran arco de piedra que merece la
pena visitar y tomar unas fotos.
Continuamos
la marcha caminando ahora hacia el este a lo largo de la Sierra del
Manar. Continuos miradores salen a nuestro encuentro para mostrarnos
bellas vistas de picos cercanos
como el Corazón de la Sandía, de 1.872 m, o el Trevenque, de 2.083
m,además de los Alayos de
Dílar, la vega de Granada o el Valle de Lecrín. Hasta ahora
marchamos por la cuenca fluvial del Valle de Lecrín que nos lleva
hasta el puerto de Mala Mujer y a partir de ese punto retornamos de
nuevo hacia la vertiente del río Dílar.
Dejamos
temporalmente la senda para tomar un amplio carril forestal que
tendremos que desandar más tarde y que nos conduce 700 m más
adelante hasta la Ermita Vieja, llamada así porque albergó hasta
1796 la imagen de la Virgen de las Nieves que actualmente se
encuentra en la Ermita Nueva. Una
fuente situada junto a una alberca, nos provee de agua fresca.”
Pero
nosotros no desandaremos dicho camino, pues a partir de la fuente de
Ermita Vieja nos desentenderemos del sendero señalizado. Desde la
fuente veremos hacia el sur un cercano cartel enmedio de un
cortafuegos. Este cartel nos indica que hacia el este se dirige la
Vereda de Picacho Alto, la cual tomamos. En un principio , mientras
atraviesa el cortafuegos está poco definida, pero en cuento se
introduce en el pinar se ve con toda claridad.
En
poco más de un kilómetro llegamos a un collado y salimos a una
pista forestal, por la que seguimos, para en breves metros llegar al
collado de Montellano. Desde este lugar se obtienen unas vistas
impresionantes del valle del río Dúrcal , Picacho Alto, Puntales
del Tigre, Las Buitreras , la Chaja, el Zahor...
En
éste collado retomamos de nuevo la Vereda de Picacho Alto, que en
una curva de la pista sale hacia el Este. Al principio esta bellísima
senda asciende de forma relajada, pero tras atravesar el barranco de
Montellano o de la Poca Leña como se denomina en los mapas, hacia el
Norte comenzamos a ascender ahora de forma muy acusada, siguiendo los
continuos zigzags de la vereda por la escarpada y erosionada cara
Oeste del Picacho Alto.
Llegamos
a un collado y un poco más arriba a una bifurcación de sendas. La
de la izquierda, la principal, es la que vamos a seguir. La de la
derecha , más precaria, nos lleva en breves metros de duro ascenso a
la cima del Picacho Alto. Al encontrarse esta cumbre cubierta de
nubes y no poder por consiguiente disfrutar de sus excelsas
panorámicas, decidimos declinar a su coronación.
Seguimos
la senda principal, que en un trazado realmente espectacular bordea
la amplia cabecera del Barranco de Rambla Seca, por unas laderas muy
inclinadas y erosionadas, pasando bajo las cumbres del Picacho Alto y
el Corazón de la Sandía. El sendero es estrecho y expuesto, aunque
no reviste peligro. Al pasar algunas torrenteras, la vereda esta
deshecha, pero se pasa sin problemas.
En
un punto el sendero pasa junto al inicio del barranco de Rambla Seca.
Es el momento de decidir si descendemos por dicho barranco, (por un
lecho de arena y grava, cuyo transito es un placer para los pies),
acortando un poco la ruta o seguir por el sendero.
Decidimos
seguir por el sendero, para en aproximadamente un kilómetro llegar a
una bifurcación. La senda de la derecha se dirige hacia la Cuesta
del Pino y la de la izquierda , la cual tomamos , nos lleva en pocos
metros de acusado descenso hacia el lecho del Barranco de Rambla
Seca. Los últimos metros de esta senda están muy deshechos y
borrados, pero hitos de piedras puestos allí por otros montañeros
nos ayudaran a elegir el mejor itinerario. Es una pena que estas
históricas veredas se pierdan por la dejadez de las autoridades
competentes. También hay que dar un toque de atención a los
montañeros “atrochadores”, pues creo que no son conscientes del
gran daño que hacen a los senderos y a las laderas tan erosionadas y
frágiles con su actitud. A veces uno no sabe realmente cual es el
verdadero sendero y cual la trocha, tan solo para ahorrar unos
cuantos metros. Con lo bonito que es seguir el sinuoso, ondulante y
zigzagueante trazado de las viejas veredas y caminos de herradura.
Nos
encontramos ahora en un tramo de la ruta que es realmente
espectacular. Descendemos por Rambla Seca, un amplio lecho de grava y
arena, que es un placer para los sentidos y los pies recorrer.
Pisamos un suelo blando, mullido, donde simplemente nos dejamos
llevar, mientras admiramos boquiabiertos las grandes paredes pétreas
que nos rodean. Pasamos algunos tramos muy encañonados y casi sin
darnos cuenta llegamos al río Dílar con la gran mole de la Boca de
la Pescá enfrente ,con la inconfundible tubería que cae en picado
más de 400 metros desde la cámara de carga hasta la Central
Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias.
Seguimos
la orilla del río Dílar hacia la izquierda unos metros, al Oeste,
para llegar al puente que lo vadea. Solo resta seguir por el camino
hacia el Suroeste durante aproximadamente 1,5 kilómetros para llegar
al aparcamiento y dar por concluido este recorrido, pasando antes por
la Central Eléctrica y la bonita área recreativa del río Dílar.
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Desde el aparcamiento del área recreativa del río Dílar.... |
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...tomamos el bonito sendero de la Acequia Alta... |
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...hasta que nos encontramos el primer escollo: un acueducto, que es bastante peligroso pasar por el muro de la acequia. |
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Así que decidimos bordearlo. |
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Acequia Alta y barranco del río Dílar. |
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El segundo acueducto, más corto y menos alto, si lo pasamos por su muro. |
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Nada más pasar por los cortijos de la Bizcardía y la Encina tomamos el carril ascendente que nos lleva a la Ermita Nueva. |
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Pero unos metros antes de llegar a la Ermita nos encontramos con el panel de inicio del "Sendero de la Silleta"... |
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...el cual seguimos entre olivos y cultivos dirección al barranco Hondo. |
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Nada más dejar a nuestra izquierda una balsa de riego... |
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...comienza el precioso y sinuoso sendero... |
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...que remonta el barranco Hondo. |
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Llegando al Puerto de las Cabreras el terreno es más desarbolado. |
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Llegamos a las Labores del Manar, donde seguimos unos metros un carril ... |
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...para de nuevo ascender por senda hasta llegar al cercano... |
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...Cerro de la Silleta. |
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Dúrcal desde la Silleta. |
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Dúrcal. |
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Las Labores del Manar desde el geodésico de la Silleta. |
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Collado entre las dos cumbres del Cerro de la Silleta. |
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Nos acercamos a la cercana Piedra Ventana... |
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...impresionante roca horadada. |
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La laguna de Padul desde Piedra Ventana. |
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Las altas cumbres de Sierra Nevada cubiertas por las nubes. |
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Durante unos kilómetros vamos a caminar... |
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...por la impresionante vereda de los Gudaris... |
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...realizada por prisioneros vascos de la Guerra Civil , de sol a sol como trabajos forzados. |
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Barranco de Peña Horadada y Dúrcal. |
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Cerro de la Silleta y la Vereda de los Gudaris. |
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Barranco del río Dílar desde el Puerto de Mala Mujer. |
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Puerto de Mala Mujer. |
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Campos de Dílar. |
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Alberca camino... |
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...del refugio de Ermita Vieja... |
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...llamada así porque supuestamente en este lugar estuvo ubicada la antigua Ermita de la Virgen de las Nieves. |
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Cerca del refugio se sitúa la Fuente de Ermita Vieja... |
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...desde donde sale la Vereda de Picacho Alto. |
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Barranco de Montellano. |
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Impresionante la Vereda de Picacho Alto. |
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Llegamos al collado de Montellano, desde donde se obtienen unas impresionantes vistas del Zahor, la Chaja, las Buitreras... |
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Cerro de los Miradores. |
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La Vereda de Picacho Alto atraviesa el barranco de Montellano o de la Poca Leña como se denomina en casi todos los mapas topográficos. |
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La Sierra del Manar desde la ladera oeste del Picaho Alto. |
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Fuertes rampas hay que superar para llegar al collado de Picacho Alto. |
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Dílar, Otura, Alhendín... |
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Cerca de llegar a Picacho Alto. |
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Sierra del Manar con su cumbre señera al fondo: la Silleta. |
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Escarpadas y erosionadas laderas del Picacho Alto. |
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Desde el collado del Picacho Alto obtenemos magníficas vistas del resto de los Alayos, Trevenque y de las altas cumbres Nevadenses. Por desgracia hoy no es un buen día para disfrutarlas plenamente. |
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Cabecera del barranco de Rambla Seca. |
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Collado de Picacho Alto y la Boca de la Pescá. |
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La magnífica vereda por la que estamos caminando con el Corazón de la Sandía de fondo. |
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Impresionante trazado por las escarpadas y erosionadas laderas de los Alayos. |
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Algunos tramos son expuestos. |
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Silvia caminando por la preciosa vereda de los Alayos. |
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En este punto la vereda pasa junto al incipiente barranco de Rambla Seca, momento si así lo decidimos de acortar la ruta por dicho barranco. |
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Bifurcación de veredas. Nosotros tomamos la que indica río Dílar, la cual desciende hasta el lecho de Rambla Seca. |
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El tramo final de esta vereda está muy estropeada y deshecha... |
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...pero hitos de piedras nos ayudaran a no despistarnos. |
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En el fabuloso lecho de arena y grava de Rambla Seca. |
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Un placer caminar por aquí. |
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Pasamos por bellísimos tramos encañonados. |
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Altas pareces verticales custodian el barranco de Rambla Seca. |
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Al fondo la Boca de la Pescá con la inconfundible tubería de la Central Eléctrica. |
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Tramo final de Rambla Seca. |
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La impresionante obra de la tubería que baja el agua del canal de la Espartera desde la cámara de carga hasta la Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias. |
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Puente para cruzar el río Dílar. |
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Central eléctrica. |
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Rebañillo de cabras montesas junto a la Central Eléctrica. |
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La Acequia Alta al poco de tomar sus aguas del río Dílar. |
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Área recreativa del Río Dílar. |
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Acequia Alta a su paso por el área recreativa, poniendo broche final a este recorrido. |
como puedo descargar o imprimir esta info para hacer la ruta?
ResponderEliminarantonio soler