domingo, 7 de febrero de 2016

ASCENSO AL PICO AHÍLLO (SIERRA SUR DE JAÉN) 06-02-2016


El cerro Ahíllo auténtica montaña piramidal, visible desde muchísimos kilómetros de distancia, a cuyos pies se encuentra la localidad de Alcaudete, pertenece a la cordillera Subbética y más concretamente al conjunto de montañas denominadas Sierra Sur de Jaén, en dicha provincia y muy cerca del límite con las provincias de Córdoba y Granada.
Esta montaña tiene el honor de ser una de las 100 cumbres más prominentes de la Península Ibérica y no hay que confundir la prominencia con la altitud. Una cumbre puede ser muy prominente y sin embargo tener una modesta altitud, como es el caso del Ahíllo, con 1.452 metros sobre el nivel del mar. La prominencia de una montaña es la mínima altitud que es necesario perder para dirigirse desde su cumbre a la de cualquier montaña que sea mayor que ella.
Por lo tanto ascender a las cumbres más prominentes nos va a asegurar que vamos a poder disfrutar de amplios horizontes , nos vamos a quedar con la sensación de haber coronado una gran montaña, independientemente de su altitud y de la cadena montañosa donde se sitúe. Y por su puesto con el Ahíllo esto se cumple perfectamente, las vistas de 360 º son realmente espectaculares, pues desde aquí podemos ver gran parte de este sector de Andalucía.
Pero no solo en sus panorámicas está el aliciente de este ascenso, sino también en el entorno natural en el que se desenvuelve ,entre bosques de encinas , pinares de repoblación y por cresterías calizas, dando un aspecto agreste y salvaje a esta pequeña isla rodeada de olivares.

Una curiosa leyenda rodea a esta sierra y así la cuenta la Jaénpedia:

"Alcaudete, pueblo de importantes hechos históricos, tiene diferentes leyendas transmitidas de generación en generación.
De todas la leyendas de Alcaudete hay una que está arraigada entre la población. Es la que se refiere a los fantásticos tesoros que encierra la Sierra Ahillos y que fueron escondidos por los moros en lugares seguros, quedando enterrados y olvidados para siempre.
Algunos ancianos de la localidad cuentan que ellos recuerdan haber visto en el camino viejo de la Fuensanta un "moro" de piedra que tenía los dedos de la mano derecha de la siguiente manera: el dedo índice señalado hacia "Sierra Ahillos", el pulgar apuntaba a "Sierra Orbes", el resto de los dedos estaban doblados en la palma de la mano.
Al pie de la estatua- dice la tradición- estaba una inscripción "Yo soy moro, donde apunto está el tesoro". Como cada dedo apuntaba a una sierra diferente, ésto creaba confusión. Aunque el legendario "moro" no tuvo la misión de señalar el tesoro, la Sierra Ahillos de Alcaudete y más concretamente los montes llamados Morrones han escondido al menos un tesoro que apareció hace unos años cuando un labrador estaba trabajando sus tierras.
El hallazgo consistió en una vasija de barro que contenía unas 2000 monedas de plata almohades se cree que estas monedas fueron puestas en circulación hacia el 1200 de nuestra era. Con este hallazgo, lo que era una leyenda, cobró realidad y nos permite seguir pensando en la fabulosas riquezas que encierra nuestra Sierra Ahillos.”


La presente ruta es de corto kilometraje, poco más de 8 , pero con un acusado desnivel, más de 500 metros . Parte de la ruta se desarrolla sin sendero evidente y por agrio e incómodo lapiaz y con partes expuestas, aunque eso sí, hay marcas de pintura amarillas y blancas de sendero de pequeño recorrido pintadas en las rocas para ayudarnos con la orientación en esta parte más complicada.
Nosotros realizamos la presente ruta con nuestros peques, aunque no es un recorrido recomendable para ellos, al no ser que estén acostumbrados a caminar por zonas tan ásperas y salvar ciertos desniveles. Aún así hay que estar muy pendientes de ellos y llevarlos de la mano en ciertas partes más escabrosas.
Tengo que decir que la ruta puede resultar mucho más fácil si en ver de hacerla circular, la realizamos lineal, es decir regresando por el mismo lugar que a la ida. Y sería de la siguiente forma: Por pista forestal subimos hasta la caseta de vigilantes de incendios y una vez aquí tomamos el sendero cementado que nos lleva a la cresta del Ahíllo. Solo restaría un corto tramo para llegar al vértice geodésico por una precaria veredilla y lapiaz , tramo este que es inevitable si queremos hacer cumbre.


El inicio de la ruta se sitúa en la carretera JA-3307, la cual une Alcaudete con las Casillas de Martos, entre los kilómetros 18 y 19 y muy cerca del cortijo del Portillo. En el lugar de inicio ,muy cerca del collado que separa las sierras de Ahíllo y la Caracolera, sale una pista forestal ,por donde comenzaremos a caminar.
Seguimos la pista hacia el el sureste, ascendiendo poco a poco mientras nos introducimos en el pinar. Obviamos un carril que sale a nuestra derecha y en breves metros llegamos a un collado donde hay una bifurcación de pistas. La de la derecha, ascendente, es la que seguiremos. Por la de la izquierda, descendente, regresaremos más tarde.
La pista gana altura de forma decidida, trazando algunas curvas cerradas, mientras vamos viendo al suroeste la caseta de vigilantes, donde acaba esta pista. Pero un poco antes de llegar a la caseta vemos que a nuestra derecha sale un precario carril señalizado con marcas blanco amarillas de sendero PR, el cual seguimos. El carril acaba y sigue como vereda, ascendiendo entre rocas al oeste, buscando la cresta de la montaña. Llega un momento que no hay ni siquiera vereda, caminamos por lapiaz siguiendo las marcas de pintura. Muy cerca de la cresta cimera salimos al sendero cementado que desde la caseta de vigilantes asciende hasta muy cerca del vértice geodésico del Ahíllo.
Seguimos hacia el oeste por este sendero hasta que acaba y sigue como veredilla, bordeando por la derecha una de las dos cimas del cerro Ahíllo, la de menor altitud y después pierde algo de altura para emprender el último asalto , casi en trepada hasta la segunda cumbre, por su lado izquierdo, hasta llegar al vértice geodésico.


Tras disfrutar de las maravillosas vistas de esta cumbre, a pesar de que la atmósfera no era demasiado nítida, regresamos por el mismo lugar hasta el sendero cementado, el cual seguimos de forma íntegra hasta llegar a la caseta de vigilantes de incendios.
Seguimos la pista que llega hasta aquí hacia el norte ,para en breves metros salirnos de ella a la derecha por un sendero. Este sendero , que en realidad parece que es un circuito de descensos para BTT, debido a que hay varias zonas de salto realizados en madera o de piedras y a la erosión del mismo por la acción de las ruedas, desciende de forma muy acusada hacia el sureste para en algo más de un kilómetro salir a una pista forestal.


Seguimos la pista a la izquierda, al norte , para en menos de un kilómetro de ligero ascenso llegar al collado donde está la bifurcación de pistas por donde pasamos antes. Solo queda desandar este tramo común al inicio de la ruta para concluir este bonito ascenso al Ahíllo.








Comenzamos a caminar y nuestro objetivo está a la vista.
Umbrías del Ahíllo.
Con buen ánimo emprendemos la subida.
El cortijo del Portillo.
La Sierra de la Caracolera de fondo.
El cortijo del Portillo con el Cerro García y la Caracolera detrás.
Ya vemos la caseta de vigilantes.
A los pequeños Aitor y Azahara les empieza a cansar la pista, piden emociones más fuertes.
Comenzamos a tener maravillosas vistas.
La Caracolera.
Estando muy cerca de la caseta de vigilantes nos salimos de la pista siguiendo marcas de PR.
Y comenzamos a caminar por una zona más escabrosa de lapiaz...
...por una débil vereda y ni siquiera eso...
...pero siguiendo en todo momento las marcas blancas y amarillas...
...que facilitan la orientación.
Ya estamos en la cresta.
Castillo  de Locubín con Sierra Nevada de fondo.
Azahara ya se ha topado con la senda cementada.
Ya vemos el vértice geodésico del Ahíllo y emprendemos el tramo más "complicado".
Casi trepando  coronamos el Ahíllo.
Azahara en el poste geodésico del Ahíllo.
Aitor realiza la última trepada para llegar al vértice.
La Sierra de la Caracolera con Martos de fondo.
Alcaudete.
Contentos por el ascenso realizado.
La familia al completo en el Ahíllo.
Y comenzamos el descenso.
Aitor en el sendero cementado, el cual seguimos de forma íntegra hasta la caseta de vigilantes.
Alcaudete entre el Ahíllo  y el Morrón Borondo.
Llegando a la caseta de vigilantes.
Las Sierras de la Pandera y Ventisqueros con Valdepeñas de Jaén en su ladera.
Tomamos una senda para seguir descendiendo en vez de la pista.
Aunque más bien es un circuito de descensos de BTT.
Saltos realizados con piedras o rampas de madera.
Azahara se lo pasa genial descendiendo algunas rampas a rastra culo...
...y Aitor por su puesto también.
Salimos a pista en la zona de la Loma del Gitano.
La diversión terminó para ellos y ahora caminan cansinos por pista hasta el lugar donde estacionamos el vehículo.
Barranco del Arroyo de Chiclana con la Pandera de fondo.
Eufóricos tras otro reto conseguido y a pensar en el siguiente.
























































2 comentarios:

  1. Excelente reportaje. Es una zona que visito con frecuencia para mi rollos geológicos. Estoy buscando un cacho que me falta...........
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Pablo y adelante con tu búsqueda, seguro que será muy fructífera.
    Saludos.

    ResponderEliminar