domingo, 22 de mayo de 2016

CIRCULAR COLLADO DEL POCICO, MOLINO DE LA PARRA, BARRANCO DEL AGUASCEBAS GRANDE (SIERRA DE LAS VILLAS) 21-05-2016


La Sierra de las Cuatro Villas es una autentica maravilla”, es un pareado simplón y recurrente , pero no por ello deja de ser algo muy cierto. Son unas cuantas las incursiones que hemos realizado en la que es quizá la sierra menos conocida de este gigantesco Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas y no dejamos de sorprendernos con sus numerosos tesoros. Y como bien reza el titulo del fantástico libro de José Gómez Muñoz, posiblemente se trate de el último edén.
En ésta Sierra podemos encontrar grandes valores, naturales y paisajísticos , por su puesto, pero también etonográficos. Porque no debemos olvidar que estas sierras no hace mucho tiempo estuvieron profusamente pobladas y hasta el rincón más agreste y escondido de su geografía contaba con algún humilde cortijo, tinada para guardar el ganado, bancales de cultivo, tornajos donde abrevaba el ganado y una amplia red de sendas que los intercomunicaba entre sí y con el exterior.
De todo esto queda ya muy poco, la naturaleza de forma lenta pero inexorable va tomando lo que un día a quienes aquí vivieron les presto. También la mano del hombre en forma de repoblaciones forestales ha ayudado a acelerar este proceso de olvido.
Uno siente una mezcla de nostalgia y rabia cuando recorre estos vestigios, ahora solo quedan unas tapuelas en lo que fueros cortijos y tinadas, escasos restos de lo que fueron magníficos senderos de herradura con sus refuerzos de mampostería, fuentes y tornajos secos y rotos por falta de mantenimiento...

Se han empeñado en crear un macrosendero en este Parque Natural a imagen y semejanza del Sulayr en Sierra Nevada, pero eso sí, casi todo él por pistas forestales y carretera asfaltada y cuando han utilizado sendas de herradura la han hecho coincidir con el GR-7 o son senderos muy utilizados por senderistas y en perfecto estado de conservación. Que fácil y barato ha sido construir un sendero de gran recorrido ,¿no?. Que gran dosis de investigación han dedicado para diseñarlo ,¿verdad?. Como dije en otra ocasión, se ha perdido una oportunidad histórica de recuperar algunas de las genuinas vías de comunicación serranas y de esta forma rendir un merecido homenaje a esas sufridas gentes que aquí sobrevivieron y que tantas injusticias soportaron.
Y precisamente en esta ruta tenemos un claro ejemplo de ello. La etapa 8 del GR- 247 utiliza muchos kilómetros de carretera asfaltada, nada más y nada menos que un 71% de la misma, cuando precisamente entre la Casa Forestal de la Parra y el Collado del Pocico iba la senda principal por la que se movían los serranos antes de que construyeran la carretera transversal de la Sierra de las Villas. Claro , la senda está hoy muy perdida, hay que limpiarla de la vegetación que ahora la cubre y eso no interesa.

La ruta la he calificado de difícil sobretodo porque los tramos de “senda” que recorremos están muy perdidos, es practicamente caminar campo a través entre una densa vegetación que de buen seguro nos dejara un recuerdo no muy grato en nuestra piel.

Nosotros hemos establecido el punto de inicio de este recorrido en el bar restaurante la Traviesa, entre los kilómetros 27 y 28 de la carretera transversal de la Sierra de las Villas. Pero al ser la ruta circular y tener como eje vertebrador dicha carretera podemos iniciar la misma donde más nos apetezca, como por ejemplo en el Collado del Pocico o en las áreas recreativas de Gil Cobo o la Cueva del Peinero.

Comenzamos a caminar por la carretera, no queda más remedio, hacia el norte ,hasta llegar al Collado del Pocico. Son unos 2 kilómetros, pero en los que podemos disfrutar de las magníficas vistas que se obtienen en éste tramo de carretera. En el Collado del Pocico hay una fuente y un panel informativo que da inicio a un supuesto sendero señalizado (“Collado del Pocico – Molino de la Parra”) y que vamos a seguir. Y digo supuesto, porque del sendero a penas queda nada y ya no digo de algún tipo de baliza, hito o señal, simplemente inexistentes. Algunos tramos es más parecido a atravesar una selva tropical que a caminar placenteramente por un sendero balizado. Sin duda es una vergüenza y seguramente nos quieran vender la moto de que han creado senderos como éste. Claro, esto tiene también su encanto. Tienes la sensación de caminar por lugares muy agrestes y salvajes donde ningún ser humano ha puesto un pie jamas. Pero a los que no les guste enmatojarse que se abstengan de realizar éste “sendero” de forma integra.

Comenzamos a descender bajo la Casa Rural Collado del Pocico, por viejos bancales de cultivo y siguiendo más o menos el cauce del arroyo del Zarzalar. No hay senda, solo veredas de animales y el suelo llano y despejado de los Bancales. Al introducirnos en el pinar ya si se ve clara la senda , que nos llevará sin perdida hasta el arroyo de las Aguascebas de Gil Cobo en el paraje de las Buitreras de Gil Cobo, un bellísimo anfiteatro pétreo donde dicho arroyo se descuelga en una espectacular cascada.
Nos acercamos hasta casi la misma base de dicha cascada, a unos 200 metros de donde la senda vadea el arroyo, en el llamado Puente Tijera, aunque no hay puente. Hay que hacerlo por la orilla natural derecha del arroyo, la izquierda en el sentido de nuestra marcha. No hay senda y el terreno es casi pura pedrera, por lo que llegar aquí no es ni mucho menos cómodo, aunque no reviste peligro.

Regresamos a Puente Tijera y seguimos la senda, que empieza a ascender y en breve se termina perdiendo. Como podemos y evitando las zonas más densas de vegetación vamos remontando el barranco de la Tejea o del cortijillo de los Cortapijas. La pendiente se va suavizando y el terreno despejando de vegetación al acercarnos al Collado de la Tejea. De nuevo hay bancales de cultivo y restos de tinadas. Pasamos junto a una fuente con muchos tornajos, aunque de ella no mana agua.
Al llegar al collado de la Tejea nos tomamos un descanso mientras disfrutamos de las bonitas vistas que se obtienen desde aquí, entre unos verdes prados repletos de flores.
Ahora hacia el noreste descendemos por el Canalón de la Bruna o de la Parra. Al principio hay una vereda más o menos clara que transcurre junto a lo que parece que fue una especie de acequia (ahora parece más bien un arroyo, aunque el verdadero arroyo lo llevamos a nuestra izquierda). La pendiente se va haciendo paulatinamente más empinada y la vegetación, principalmente zarzas no nos dejan continuar junto a la supuesta acequia. Así que tomamos un barranquillo a nuestra izquierda que está más despejado y un poco más abajo de nuevo tomamos la acequia, junto a la cual la vereda de nuevo se muestra más clara. Llegamos a un arroyo que corta la vereda y cuando miramos a nuestra derecha nos llevamos una gratísima sorpresa: una espectacular cascada cae desde un alto cortado. Es la cascada del Molino de la Parra o Chorreón de la Bruna. Dicha cascada al parecer es, según nos contaron, estacional y se disputa con la de la Osera el honor de ser la de mayor caída de Andalucía y la tercera de España.
Seguimos la vereda que nada más vadear el arroyo está cortada con un vallado (no sabemos muy bien para qué), pero que se salta sin demasiados problemas.
Llegamos a una amplia explanada, un gran llano, donde vemos al otro lado del río Aguascebas Grande las ruinas del Molino de la Parra, donde termina éste supuesto sendero señalizado.

Nos encontramos en un paraje privilegiado , de gran belleza, sin duda un Edén. Desde luego el Molino de la Parra no podía estar mejor emplazado. Tenemos un escollo por delante y es vadear el río Aguascebas Grande, que haciendo honor a su nombre lleva un generoso caudal. Después de dar varias vueltas decidimos vadearlo casi enfrente del mismo Molino, saltando de junco en junco y de piedra en piedra, poniendo a prueba nuestro equilibrio. Aunque si no queremos complicarnos la vida lo mejor es quitarnos las botas y mojarnos los pies, que a buen seguro estas frías aguas no les sentaran nada mal.
Las ruinas del Molino de la Parra consta de dos edificios. El molino propiamente dicho, que está totalmente derruido y la vivienda ,que por lo que se ve debió de ser restaurada no hace demasiados años, pero ahora amenaza ruina.

Nuestro siguiente objetivo es llegar a la zona recreativa de la Cueva del Peinero y lo más bonito sería remontar el Aguascebas Grande para llegar allí. Pero no sabemos si esta opción es viable y como aún tenemos muchos kilómetros por delante y no tenemos tiempo para investigar optamos por la vía más cómoda.
Para ello seguimos la pista que en su día comunicaba el Molino de la Parra con la carretera transversal de las Villas. Y digo en su día porque ahora la pista ha sido literalmente borrada del mapa. El arroyo que baja desde el Sotillo de la Parra se ha llevado gran parte de este camino por delante. Aún así no es difícil seguir su trazado y salir a la carretera tras caminar 1,5 kilómetros por ella.
Salimos a la carretera entre los kilómetros 26 y 37 y la seguimos hacia la derecha, al este. Tras casi 2,5 kilómetros llegamos a la Cueva del Peinero, disfrutando eso sí , de magníficas vistas sobre el Aguascebas Grande, que hace que se nos olvidemos que pisamos asfalto.

Tras tomarnos un respiro en la zona recreativa nos situamos de nuevo en la carretera y en la curva donde ésta vadea el Aguascebas Grande sale un precario carril a la izquierda hacia el este, remontando las aguas del río. El carril solo lleva hasta una cercana represa y nosotros la pasamos por su lado derecho. Ahora seguimos por la antigua senda que se introducía en la cabecera del Aguascebas Grande para luego bifurcarse, tirando un ramal hacia el collado del Perenoso y el otro ramal al collado de los Hermanillos. Hablo en pasado porque de esa vieja senda poco queda. Pero eso sí, alguien de forma muy acertada ha ido poniendo hitos de piedras que hacen que no perdamos la buena dirección.
Vamos a recorrer uno de los escenarios más bonitos e impresionantes de este Parque Natural , el gran circo montañoso que forma la cabecera del Aguascebas Grande. La mayores altitudes de la Sierra de las Villas forman la corona de éste gran circo: Caballo Torraso (1.726 m), Hoyacillo (1.719 m), Cubo (1.793 m), Piedras Morenas (1.772 m), Morro de los Cuatro Términos (1.791 m) y el Pedro Miguel o Blanquillo (1.830 m), que es el techo de esta Sierra.
Como he comentado seguimos los hitos entre una densa bojeda . Vadeamos un par de veces el arroyo mientras vamos virando hacia el sur introduciendonos en una cerrada. Llegamos frente a una pequeña cascada o más bien una sucesión de saltos de agua y aparentemente nos quedamos sin salida. No queda más remedio que pasar por los saltos, por su lado derecho y con cuidado de no resbalar con las rocas mojadas. Hay que ayudarse con las manos.
Nada más salir de la cerrada llegamos a un mojón de piedra y que parece ser que limita términos municipales. Es la señal de que vamos por el buen camino. En este tramo el GPS no vale de mucho, la señal rebota en una zona tan encañonada, al menos eso nos paso a nosotros con el track que llevábamos. Es mejor ir atentos a los hitos, que están puestos con mucha regularidad.

Tras pasar el mojón nos introducimos en un denso joven pinar donde cuesta caminar. El tramo es breve y por aquí ya no vamos viendo tantos hitos de piedras, pero no tiene perdida, ascendemos por el lecho del barranco hacia el suroeste. Un poco antes de llegar a un collado se van viendo viejos bancales de cultivo, ahora ocupados por pinos. Finalmente salimos a un gran prado donde se ven los restos de un cortijo.
Este es otro paraje idílico con unas vistas grandiosas. Vemos los picos que forman el gran circo del Aguascebas Grande y enfrente el collado del Perenoso, hacia donde nos dirigimos. Nos llama mucho la atención el agrio lapiaz de la cara sureste de la Lancha de la Cigarra, que tenemos a nuestra derecha.
En éste punto tenemos dos opciones para llegar al collado del Perenoso. O bien seguimos los hitos y en pocos metros hacia el sureste llegamos a donde acaba la pista en el paraje de las Hoyicas o las Nogueras, teniendo solo que seguirla hasta dicho collado ,al suroeste. O bien como hicimos nosotros, seguir hacia el sur campo a través o por veredas de animales, trazando más o menos una línea recta hasta el collado. Esta última opción nos parece más interesante y no reviste ninguna dificultad.

Una vez en el Perenoso ,seguimos por la pista forestal hacia el suroeste. Pasamos el mirador del “Camino del Blanquillo” y la Fuente del Cerezo (un venero con unas tejas para facilitar el abastecimiento del líquido elemento) y llegamos a una bifurcación. Hacia la izquierda la pista asciende hasta los llanos de Jabalcaballo , pasando antes por el refugio de Majal Serbal. La pista de la derecha , la cual tomamos, se introduce en la preciosa cerrada de San Ginés , transcurriendo junto a las aguas del río Aguascebas de Gil Cobo para en poco más de un kilómetro llegar de nuevo a la carretera transversal ,cerca del área recreativa de Gil Cobo, la cual visitamos.

Solo resta para concluir este sorprendente recorrido caminar por la carretera hacia el suroeste durante aproximadamente 1,5 kilómetros y disfrutar de unas fresquitas cervezas en la Traviesa.










Comenzamos a caminar por asfalto partiendo del bar restaurante La Traviesa.

La Cerrada de San Ginés entre las Lanchas de la Cigarra y la Escalera, por donde regresaremos a la tarde.

El Ponestillo.

Casa rural Collado del Pocico en las faldas del Ponestillo.


Mirador del Collado del Pocico...

...con magníficas vistas al Aguascebas de Gil Cobo y a la agreste y compleja orografía de la Sierra de las Villas.

Fuente del Collado del Pocico.

Panel informativo de éste supuesto sendero.

Ruinas de cortijos en el Collado del Pocico.

Casa rural del Collado del Pocico.

Descendemos por los antiguos bancales de cultivo.


Pero del antiguo sendero poco queda por aquí.


Cuando nos introducimos en el pinar se empieza a ver más claro el sendero.


Descendiendo al Aguascebas de Gil Cobo.

Los grandes cortados de las Buitreras.


La espectacular cascada de Gil Cobo.



Decidimos acercarnos lo más posible a su base.



De este lugar decidimos no pasar, aunque se podía llegar hasta la misma base.

Intentamos seguir la senda tras vadear el Aguascebas de Gil Cobo por Puente Tijera, pero fue tarea imposible, está muy perdida.

Así que remontamos el barranco de la Tejea por donde nos resulto menos incómodo hasta llegar a una zona más abierta donde se encontraban estos tornajos.


Y en pocos metros llegamos al collado de la Tejea.

Bonito lugar para tomarnos un pequeño descanso.

Descendemos por el cerrado Canalón de la Bruna.

Cerro de Santa María, con su caseta de vigilantes.

Zona muy enmatojada donde de nuevo se pierde la senda...

...para reaparecer en un lugar prodigioso.

El fabuloso Chorreón de la Bruna...

...o cascada de la Parra.


Salimos del Canalón de la Bruna...

...para llegar a los preciosos prados donde se sitúa el Molino de la Parra.

Silvia con el Canalón de la Bruna de fondo.


Miguel en el precioso llano florido de la Parra.

Ahora toca la ardua tarea de vadear el Aguascebas Grande.

Ruinas del Molino de la Parra.


La vegetación que hay en el río hace las veces de puente y nos ayuda a vadearlo.

El edificio más nuevo de los dos que forman el Molino de la Parra y que hizo las veces de vivienda.

Nos despedimos de éste idílico paraje.

Chorreón de la Bruna, que puede ser la cascada con más caída de Andalucía, aunque sus aguas son estacionales.


Zona encañonada en el Aguascebas Grande.

Venero con una teja para facilitar el aprovisionamiento de agua camino de la carretera.

Por asfalto caminamos hasta la cercana Cueva del Peinero, disfrutando eso sí, de bellísimos paisajes.

Viola cazorlensis, endemismo de estas sierras  Subbéticas.

Por la orilla del precioso Aguascebas Grande.


Llegamos al área recreativa de la Cueva del Peinero...

...y desde allí tomamos el sendero que remonta el barranco del Aguascebas Grande.



El paraje es realmente sobrecogedor.


Del sendero poco queda, pero hitos de piedras nos van llevando por la buena dirección.

Nos introducimos en una cerrada.


Y la única salida de la cerrada es por estos saltos de agua...

...donde hay que ayudarse un poco con las manos para subir.

Este hito delimitador de términos municipales , al parecer, es la señal de que vamos por el buen camino.

Preciosas vistas desde el hito.

Las cumbres del Cubo.


Salimos a un amplio prado con unas magníficas vistas al Blanquillo o Pedro Miguel.

Piedras Morenas.

Caballo Torraso, Hoyacillo y Cubo.

El techo Villano, el Pedro Miguel.

El Torraso.

Barranco del Aguascebas Grande.


Ascendemos ahora de forma muy cómoda por el barranco camino del Collado del Perenoso.

El amplio circo del Aguascebas Grande.

Pedro Miguel.


Cerca del Collado del Perenoso.

Pedro Miguel o Blanquillo...

...y su característica forma de ola.

Vistas del circo del Aguascebas Grande desde el Perenoso...

...y de la cabecera del Aguascebas de Gil Cobo con la Morra de los Cerezos al frente.

Panel en el "Mirador del Camino del Blanquillo"

La singular Fuente del Cerezo, con un buen caño de fresquita y riquísima agua.

Nos introducimos en la bonita...

...cerrada de San Ginés.

El incipiente Aguascebas de Gil Cobo.

Tejo junto a un salto de agua.

Fuente de la Cerrada de San Ginés.

Área recreativa de Gil Cobo.

El Aguascebas de Gil Cobo sale del área recreativa, encañonandose y precipitandose unos metros después en la cascada por la que pasamos esta mañana.

Lancha de la Escalera desde el área recreativa de Gil Cobo.

Toca caminar por asfalto unos metros para llegar a la Traviesa y dar por concluido este recorrido. Nos volvemos para fotografiar la Lancha de la Cigarra.

Miguel sube a un altillo buscando una buena fotografía.

Lancha de la Cigarra con el Torraso de fondo.

Nos despedimos por hoy de esta grandiosa Sierra de las Cuatro Villas.











2 comentarios:

  1. A través de tu blog y rutas voy yo descubriendo los hermosos parajes de esa maravilla natural de Cazorla, Segura y las Villas, y voy tomando nota para que, en cuanto vuelva a poder, tornar a visitarlo y realizar alguna de ellas.
    Esta primavera metida en agua ha dejado la montaña verde y surcada de arroyos.
    Salud y Montaña, compañeros.

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  2. Pues ésta en concreto es una maravilla, para descubrir la que es la más desconocida de las sierras que forman éste Parque Natural. Sin duda esta primavera con las aguas de las últimas semanas está siendo preciosa.
    Salud y montaña Carlos.

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