domingo, 26 de marzo de 2017

LOS HERMANILLOS DESDE EL HOTEL MIRASIERRA (SIERRAS DE LAS VILLAS - SEGURA) 25-03-2017


Fantástico recorrido que se desarrolla desde el punto de vista orográfico en la cara oriental de la Sierra de las Villas, aunque desde el punto de vista administrativo lo hace casi de forma total en la comarca de la Sierra de Segura. Ésta ruta es una variante de otra que ya hice en junio del año 2.013, (con otros compañeros en aquella ocasión), y cuyo objetivo fue el Alto de Pedro Miguel o Blanquillo. Ahora nuestro objetivo lo hemos fijado en los Hermanillos (dos cerros al Este del Blanquillo, muy próximos entre sí y de similar altitud, de ahí su topónimo), más concretamente el “Hermanillo” de mayor altitud y más meridional, a 1.785 metros de altitud. Ya hacia tiempo que le teníamos ganas a éste cerro y sin duda no ha defraudado, ya que las panorámicas que se obtienen desde su cumbre son soberbias y espectaculares. Me atrevería a decir que bastante mejores que las de su vecino el Blanquillo, al menos hacia el interior de éstas serranías. Otra diferencia notable con la ruta realizada en aquella ocasión, es la estación del año en que la hemos realizado. Y es que una misma ruta o muy parecida realizada en distintas estaciones cambia a veces de forma radical. En aquella ocasión, mes de junio, es casi plena primavera en éstas altitudes y las flores lo inundan todo, dando un toque de color a los paisajes. Ahora, mes de marzo, las nieves siguen azotando las cumbres de estas sierras cuando vienen temporales. Y nosotros desde los 1.300 metros de altitud y en las zonas orientadas al Norte pisamos nieve, en algunos ventisqueros con bastante espesor. Por tanto el paisaje se viste de blanco en ciertas zonas y el verde intenso comienza a inundar llanos y navas.

La ruta la he calificado de difícil atendiendo básicamente a criterios de distancia y desnivel positivo acumulado, que son notables. La ruta a rasgos generales es cómoda, pues se desarrolla casi de forma íntegra por veredas, sendas, caminos y pistas. La vereda que asciende por el arroyo del Zarzalar y la Cañada de Pinar Negro a veces se pierde, se confunde con otras de ganado o es difícil de seguir, más con nieve, pero no tiene perdida posible pues remonta éste largo barranco, más o menos cerca de su cauce, buscando siempre los pasos más cómodos. El acenso al “Hermanillo” desde el collado de Pinar Negro y el posterior descenso al collado del Poyo de los Robles y a la pista del arroyo de los Quemadillos es campo a través con fuertes rampas, pero tomándolo con calma no reviste demasiadas complicaciones. Para atravesar la Cerrada de la Hoya o Quemadillos se sigue una tubería y manguera por una vieja senda muy rota y perdida. Hay tramos de descenso muy empinados y con piedra suelta, pero siguiendo en todo momento la manguera nos lleva directamente a la Hoya de Miguel Barba.

La ruta comienza en el Hotel Mirasierra y Apartamentos el Pinar, en el kilómetro 51 de la A-319, entre el Centro de Visitantes de la Torre del Vinagre y el poblado de Coto- Ríos.

De la explanada en la entrada de dichos apartamentos, seguimos el carril que desde aquí sale al Oeste. En una bifurcación con otro carril más precario, nosotros seguimos a la derecha, ahora dirección Norte. En menos de dos kilómetros termina el carril y continúa una zigzagueante senda que desciende al arroyo del Zarzalar y al cortijo homónimo, donde aún vive una familia. Nos encontramos en un paraje de gran belleza, un estrecho valle repleto de bancales cultivo donde se juntan dos arroyos separados por la imponente mole pétrea del Castellón. A pesar de encontrarse éste lugar cerca de la “civilización”, su mejor acceso es precisamente éste que estamos recorriendo nosotros, ésta estrecha y empinada senda, por eso parece mentira que aún hoy siga viviendo gente en éstos aislados cortijos.

Llegamos junto a un puentecillo para vadear el arroyo y acceder al cortijo. Pero nosotros seguimos una senda por la orilla natural derecha del arroyo (la izquierda en el sentido de nuestra marcha) y un poco antes de llegar a la junta de los arroyos, lo vadeamos hacia unos bancales de olivos. Buscamos la cerrada del arroyo de la derecha, el que está al Norte y denominado Arroyo del Zarzalar de Arriba. Enlazamos con la senda que viene del cortijo y que a través de la cerrada remonta el arroyo hasta la caseta desde donde se toma agua y se canaliza por una tubería. Éste tramo es uno poco confuso, pero siguiendo la tubería llegamos sin problemas a dicha caseta. Un poco antes de llegar a la caseta entroncamos con lo que parece ser una senda principal. A partir de ahora si vamos atentos la senda no tiene perdida, a pesar de introducirse en una densa bojeda.

Llegamos a los bancales del viejo cortijo del Castellón, cuyas ruinas se sitúan en un collado próximo a la cima de la mole pétrea así llamada y que acabamos de bordear por su cara NO. La senda recorre los bancales cerca del arroyo y lo termina vadeando un poco antes de que éste de nuevo se encañone. Ahora la senda se torna difusa, aunque se ve muy claro el paso del ganado y por ahí hacia el Norte ascendemos acusadamente hacia la Pasá de la Sabina, un paso entre rocas y que aunque aquí tampoco podemos hablar de una senda como tal, si que al menos se ve con cierta claridad el camino que toma el ganado en su transito por éstos lares.

A partir de aquí el terreno se muestra más amable, hay que remontar una larga cañada por el borde o incluso por el interior de un pinar de repoblación. Es la Cañada de Pinar Negro, recorrida por numerosas veredas que van más o menos cerca del lecho del arroyo. Por aquí se camina bien, da lo mismo que vereda tomemos siempre que remonte la cañada hacia el NE. Pasamos por una fuente con tornajos, síntoma de que vamos por el buen camino y tras atravesar varias navas el pinar se hace más denso y ya en la cabecera de éstos barrancos la pendiente se torna muy acusada. Pasamos por un venero con un tornajo medio enterrado y que pasa desapercibido, es la Fuente de Pinar Negro. Solo queda remontar una empinada rampa en la misma dirección que traemos para llegar al collado del Pinar Negro o de la Blanquilla. Estamos justo en medio del Blanquillo y del Hermanillo al que vamos a ascender, en un paraje de gran belleza rodeados de viejos y soberbios ejemplares de pino laricio.

Desde el mismo collado emprendemos el ascenso al Hermanillo hacia el Este. Al llegar a una loma, desde donde ya si vemos la cumbre que vamos a coronar, nos damos cuenta de que atacar a la misma por el Este es casi imposible por los cortados de esa cara o muy arriesgado con las condiciones de nieve que presenta. Así que decidimos buscar la cresta escorandonos al Noreste. Una vez en la cresta, atacar a la cumbre no presenta ningún problema. Como dije anteriormente, ésta desconocida cumbre no va a defraudar a quien la corone. Las vastas y soberbias vistas que obtenemos desde esta privilegiada atalaya nos dejará boquiabiertos; la práctica totalidad de éste gigante Parque Natural, la Sierra Alcaraz, Sagra, Sierra de Castril, Sierra Mágina, Sierra Nevada...

Descendemos por la cresta hacia el Noreste hasta llegar al collado que separa a los dos Hermanillos. El descenso hay que tomarlo con calma, pues muy empinado y con piedra suelta. Una vez en el collado y si nos atrevemos, pues el terreno es muy escabroso, podemos decender hacia el Sureste hasta llegar a la pista que recorre la zona que se quemo en el gran incendio del año 2.005. Nosotros preferimos ser más prudentes y descender desde el collado del Poyo de los Robles, al que llegamos dirigiéndonos hacia el Norte y manteniendo más o menos la curva de nivel. Desde dicho collado, aunque también muy empinado, el descenso hasta la pista es menos agreste y tenemos la opción de hacerlo de forma más directa o de suavizarlo en cierta manera escorandonos hacia el arroyo de los Quemadillos o bien bajo los mismos cortados del “Hermanillo pequeño”.

Una vez en la pista y muy cerca de donde ésta vadea el arroyo de los Quemadillos, la tomamos a la derecha, hacia el Sur. Unos 800 metros más abajo y junto a la pista hay un charcón, una fuente y unos tornajos. Hacia allí nos dirigimos pasando unos metros antes de llegar a la fuente con el cruce con el precario carril que desciende hasta la entrada de la Cerrada de la Hoya. En éste lugar tenemos dos opciones, o bien seguimos la pista hasta llegar a la Hoya de Miguel Barba pasando por la Hoya de los Aserradores, opción ésta, mucho más cómoda, aunque también más larga y menos emocionante. O bien, tomamos el precario carril que desciende hasta el arroyo de los Quemadillos a su entrada en la Cerrada de la Hoya. Nosotros tomamos la segunda, que de forma relativamente cómoda nos sitúa en el comienzo de la Cerrada, donde acaba el carril. A partir de aquí se sigue una manguera y una tubería soterrada a través de la bonita Cerrada de la Hoya. Hay trazas de un viejo sendero, pero muy roto y perdido. Tendremos que vadear en varias ocasiones el arroyo de los Quemadillos y descender de forma acusada algunos tramos. Llegamos a una cornisa que recorre un pequeño abrigo, por donde pasa la manguera y la tubería y donde hay que extremar la precaución para no caer al vacío. Finalmente las conducciones salen de la Cerrada y llegan a unos depósitos en un lado de la Hoya de Miguel Barba.

La Hoya de Miguel Barba es un gran llano en cuyo interior se sitúan las ruinas de varios edificios. Es un paraje de gran belleza, rodeado de agrestes montañas y como telón de fondo de una bellísima postal, la imagen de las imponentes Banderillas. Toca emprender la parte más “tediosa y aburrida” del recorrido: descender unos 4 kilómetros por la pista forestal hasta la carretera A-319, a la altura de La Golondrina y desde aquí, seguimos dicha carretera a la derecha, para en algo más de 2,5 kilómetros llegar al punto de inicio de la ruta, pasando antes por el cruce de Coto- Ríos y el carril que sale hacia las famosas “pozas” del arroyo Zarzalar.











Comenzamos nuestra andadura junto al Hotel Mirasierra y los Apartamentos el Pinar.

Pequeña zona recreativa en el lugar donde estacionamos el vehículo.

Comenzamos a caminar con las brumas levantando en los barrancos.


Tomamos la senda que desciende al Cortijo del Zarzalar.


Puente que vadea el arroyo Zarzalar y da acceso al cortijo.

Pero nosotros seguimos por la misma orilla hasta llegar a éste punto...

...donde ya si lo vadeamos buscando unos bancales de olivos.

Puente el el Zarzalar de Arriba y que da acceso a un aprisco. No lo cruzamos.

Nos introducimos en la cerrada...

...siguiendo la tubería.

Vista del Castellón al salir de la cerrada.

Bancales del Castellón.

Cascada en el arroyo Zarzalar de Arriba.

Tomamos altura y ganamos vistas. Restos del cortijo del Castellón y sus bancales. Al fondo Peña Corba o Corvá.

Navas al salir de la Pasá de la Sabina.




Peña Corba y el Pardal, míticas cumbres Villanas.


Ascendiendo por la Cañada de Pinar Negro.


Comenzamos a pisar nieve de forma continua.



Cañada de Pinar Negro.

Una fuente con tornajos indica que vamos por el buen camino.


Blanquillo desde el collado de Pinar Negro.

Desde el collado comenzamos a ascender hacia el Hermanillo.

Collado de Pinar Negro y el Alto de Pedro Miguel o Blanquillo.

Un grupo de águilas reales nos sobrevoló un rato.

Tras ascender a una primera loma damos vistas a la cumbre del Hermanillo. Decidimos no atacar esta escarpada cara y más aún con nieve. Nos vamos hacia la izquierda en busca de la cresta por un terreno más amable.

Ascendiendo a la cresta vamos tomando un aperitivo de las vistas que nos esperan.


La Sagra al fondo.


La vasta Sierra de Segura con el Almorchón totalmente vestido de blanco. Embalse del Tranco y pista forestal a la que descenderemos después.

El Almorchón destaca con su nívea capa.

Junto con el Blanquillo y los Hermanillos, las más altas cumbres Villanas: Caballo Torraso, Hoyacillo, Cubo, Morrón de los 4 Términos, Piedras Morenas...

El rey de las Villas, el Pedro Miguel o Blanquillo, que con sus 1.830 metros de altitud es el techo de esta Sierra.


Cabecera del Aguascebas Grande. Poyo de los Robles.


Arista cimera del Hermanillo.

Juan Antonio con los picos que forman la cabecera del Aguascebas Grande de fondo. De izquierda a derecha: Caballo Torraso, Hoyacillo, Cubo, Collado del Pocico y Morro de los 4 Términos.

Miguel en la cima del Hermanillo con las Sierras del Pozo, Agrios y Cazorla de fondo. Más al fondo casi invisible Sierra Nevada.

A la izquierda el Cabañas, en el centro la Loma de Cagasebo y a la derecha los Agrios. De fondo Sierra Nevada.

Los altos de la Sierra de Segura con la Sagra de fondo. Se aprecia el Castellón de los Toros, la parte septentrional de las Banderillas, el Pinar del Risco, Calar de las Palomas....

La Cañada de Pinar Negro, por donde hemos ascendido hasta el collado homónimo. La Morra de los Cerezos en el centro derecha y a su izquierda el Cerro de la Nava de Domingo Viejo, Piedra de los Desesperados, Peña Corba, Pardal , Peñas Rubias...Al fondo derecha Sierra Mágina y fondo izquierda Sierra de Cazorla.


En la cima del Hermanillo. Foto de mi amigo Juan Antonio.


Descendemos al collado de los Hermanillos.

El Hermanillo menor.

Collado de los Hermanillos.

El menor de los Hermanillos desde el collado que los separa.

El Blanquillo.

El Hermanillo mayor.

Camino del collado del Poyo de los Robles.

Juan Antonio disfrutando como un niño de la nieve.

El Blanquillo desde el collado del Poyo de los Robles.

Collado del Poyo de los Robles y la agreste cara septentrional del Hermanillo chico.

Desoladora estampa de éstas laderas a pesar de haber transcurrido ya casi 12 años del brutal incendio de 2.005.

A pesar de todo  estas montañas nos muestran una belleza abrumadora.

Descendemos cerca del barranco...

...y con las Banderillas de fondo.

Llegamos a la pista forestal...

...y por primera vez hoy vemos a los dos Hermanillos juntos.

Nos acercamos al charcón...

...y la fuente que hay junto a la pista camino de la Hoya de los Aserradores.

Pero nos salimos de la pista por un precario carril...

...que desciende junto al lecho del arroyo de los Quemadillos...

...justo antes de que éste entre...

...en la Cerrada de la Hoya o de los Quemadillos.

La preciosa Cerrada de la Hoya.

En alguna partes la senda está muy rota y el descenso es acusado.

Hay que llegar a esa cornisa por donde va la tubería soterrada y la manguera y atravesarla.

En la cornisa.

Miguel y Juan Antonio entrando en la cornisa de la Cerrada de la Hoya.

Saliendo de la cerrada obtenemos una imponente visión de las Banderillas.

De la Cerrada salimos directamente a la Hoya de Miguel Barba.

Idílico y bucólico paraje.



Miguel y Juan Antonio en la Hoya de Miguel Barba.

El edificio mejor conservado de los que se encuentran en la Hoya de Miguel Barba. Parece ser que se utilizó como granero o almacén.


Era de la Hoya de Miguel Barba.

Piedra del Mulón, Castellón de los Toros y Banderillas.

Valle del Guadalquivir y Banderillas.

Banderillas y a su derecha el Calarejo de los Villares.

Coto- Ríos.

Llegamos a la carretera a la altura de La Golondrina.







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