jueves, 5 de enero de 2017

RÍO AGUAMULA, CORTIJO DEL TÍO RATÓN, CASA FORESTAL DEL QUEJIGAL, LA FRESNEDILLA Y CASTELLÓN DE LOS TOROS (SIERRA DE SEGURA) 04-01-2017


Contra todos los pronósticos meteorológicos cuando llegamos a Cazorla estaba lloviendo, no gran cosa, pero llovía. Conforme entramos en la Sierra la cosa no mejoró, sino todo lo contrario. Es verdad que no caía lo suficiente como para después de conducir casi dos horas no pegarnos un pateo. Decidimos abortar nuestro plan inicial, que era una improvisación o “investigación” por el circo montañoso que forma la cuenca del arroyo del Zarzalar, ascendiendo a la Peña de Domingo el Viejo y a Peña Corvá después. No sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, pero de buen seguro que mucha maleza mojada y posiblemente alguna trepada por rocas, también mojadas. Así que optamos por algo más seguro, por pistas, caminos o sendas más o menos bien definidas, donde si la cosa se ponía más fea pudiéramos pegar un alpargatazo hacia el coche.

La opción que elegimos fue caminar por la pista que acompaña al Río Aguamula, subir al cortijo del Tío Ratón y desde allí recorrer un tramo que ni Miguel ni yo conocíamos: la senda que lleva a la Casa Forestal del Quejigal y sale de nuevo a la pista del Aguamula. Como una vez en la pista el pateo nos supo a poco y aunque estábamos inmersos en una densa niebla, ya no llovía, decidimos ascender al Castellón de los Toros.

Ruta sin apenas dificultades técnicas, pero de una distancia considerable. La senda que asciende al Castellón de los Toros está muy perdida en algunos tramos y no elegir en camino correcto nos lleva a un callejón sin salida. Había algunos hitos de piedras para ayudar en la orientación y nosotros fuimos poniendo algunos más, sobretodo en los tramos donde el sendero se podía confundir con veredas de ganado.

El punto de partida de ésta ruta se sitúa en la Casa Forestal de los Bonales, en la pista del río Aguamula y a escasos metros del antiguo control y la piscifactoría de Aguamula, y a la que se accede por la pista que pasando por los Llanos de Arance recorre las colas del pantano del Tranco por su orilla natural derecha.

Comenzamos a caminar desde la Casa Forestal de los Bonales por la pista hacia el Sureste durante unos 3 kilómetros,siguiendo las marcas del GR-7 y GR-247, dejando a nuestra derecha la zona de viejos bancales de cultivos de las Tablas, donde el arroyo de la Campana tributa sus aguas al Aguamula. Tras esos primeros tres kilómetros por pista forestal, nos salimos de ella tomando un carril a la izquierda, hacia el Noreste, en la zona conocida como Caracoles de las Juntas, donde el arroyo del Hombre tributa al Aguamula.

Éste carril remonta el arroyo del Hombre y hasta tres represas de su cauce. El carril termina y sigue como senda. Tras casi dos kilómetros desde que abandonamos la pista llegamos al singular cortijo del Tío Ratón o del Arroyo del Hombre (según Alpina). El nombre le va muy apropiado, pues éste cortijo más parece una madriguera gigante del roedor del topónimo. Un conjunto de cuevas excavadas en la ladera del monte rodeadas de viejos bancales de cultivo, donde aún podemos ver entre pinos algunos olivos, granados y nogueras.

Por encima de las cuevas sigue la senda que en pocos metros se bifurca. El ramal izquierdo asciende hasta el cortijo de las Grajas y el derecho el cual seguimos, hacia el Este, en pocos metros sale a un camino de herradura, que era el principal de la zona y que unía el cortijo de las Grajas con la Casa Forestal del Quejigal. El sendero llega al cauce del arroyo del Hombre, donde aún se ven los muros donde hubo un puente. Al no existir ya el mismo, debemos buscar una manera de vadear el arroyo y seguir el sendero. Al vadear el arroyo el sendero de herradura sigue ahora dirección Suroeste hasta llegar a las ruinas de la formidable Casa Forestal del Quejigal, de la cual lo único que se conserva bien es en horno. Éste sendero se sigue sin problemas a pesar de su estado de abandono. Los refuerzos de mampostería y su diseño, que buscaba siempre pendientes no muy acusadas, nos indica la importancia que debió de tener en un pasado no muy lejano.

En un kilómetro aproximadamente y en la misma dirección el sendero termina en la pista del Aguamula. Ahora seguimos por la pista hacia el Este, hasta que la misma termina en algo menos de 2 kilómetros en el Mirador del Recó del Aguamula en el paraje de la Fresnedilla. Ahora siguiendo las marcas del GR-7 y GR-247, seguimos por sendero hacia el Noreste, dejando en pocos metros a nuestra derecha el cortijo de la Fresnedilla, la que fue morada de Máximo Fernández Cruz, “El Cojo de la Fresnedilla”, símbolo de una estoica y desigual lucha y resistencia ante una cruel e injusta Administración que no entiende del apego a la tierra heredada de sus antepasados.

Seguimos el sendero en la misma dirección remontando el barranco de la Cuesta. Tras casi un kilómetro desde que acabo la pista sale a nuestra izquierda el tortuoso sendero que asciende al Castellón de los Toros. El inicio del sendero no se ve muy bien, pues está casi cubierto de romeros. Algo que puede servirnos para localizarlo es que sale donde nace el arroyo que estamos remontando desde la Fresnedilla, teniendo en cuenta que hay que pasar al otro lado y antes de ese punto tendríamos sin más remedio que bajar al barranco para después subir. Si lo tomamos bien no hay que descender en absoluto, empezamos llaneando para enseguida comenzar un acusado ascenso. De todas formas y si nadie lo quita, pusimos un hito de piedras en el inicio del mismo. También muy cerca de ese punto hay un poste de continuidad del GR-247.

Como dije anteriormente hay que ir muy atentos para no perder la senda. Tras un corto tramo hacia el Oeste, comienza a zigzaguear al Norte, para después girar bruscamente de nuevo al Oeste buscando un paso entre los cortados de roca. Tras ese paso, llegamos a un collado y la senda desciende ligeramente para inmediatamente y entre bojes ascender hacia el Sur. Llegamos a una ladera bajo los cortados cimeros del Castellón y que está muy pisada por el ganado, aquí la senda se confunde. El camino correcto gira bruscamente hacia el Norte, buscando un canuto entre las rocas que nos conducirá directamente a la llana cima del Castellón de los Toros, donde no hace mucho se cultivó cereal.

Las vistas desde ésta meseta son espectaculares, aunque nosotros debido a la densa niebla no pudimos disfrutar. Regresamos por el mismo lugar hasta el Mirador de la Fresnedilla y ahora siguiendo íntegramente la pista y los GR´s durante unos 9 kilómetros llegamos a la Casa Forestal de los Bonales, poniendo punto y final a éste recorrido.











Comenzamos la ruta en la Casa Forestal de los Bonales.

Acompañamos el cauce del río Aguamula.

Primera represa en el arroyo del Hombre, el cual remontamos por un carril.

Segunda represa.


El singular cortijo del Tío Ratón.



Cuevas excavadas en la ladera.

Las nubes bajas nos acompañan y la llovizna no cesa.

Sendero que desciende...

...al arroyo del Hombre, el cual tenemos que vadear por donde nos resulte más cómodo, pues del antiguo puente que aquí hubo, poco queda.


Puntal de las Cabras.


Cuevas del Cortijo del Tío Ratón.

Pequeño abrigo que en su día hizo las veces de aprisco.


La mañana avanza y las nubes no levantan.


Piedra del Mulón y valle del Aguamula.


Llegamos a lo poco que queda...

...de lo que fue una magnífica Casa Forestal, la del Quejigal.

Restos de un lavadero.

Lo único que se ha conservado en perfectas condiciones es el cuerpo del horno.

Los jorfes que aún conserva el sendero delatan la importancia que tubo en su día para comunicar las distintas Casas Forestales de la Sierra.

Llegamos inmersos en una densa niebla al mirador de la Fresnedilla, donde acaba la pista del Aguamula.

Tras ascender unos metros por el sendero de la Cuesta, nos desviamos por el sendero del Castellón de los Toros.

Paso entre rocas.

No tomar el camino adecuado y más aún en un día como éste nos conducirá a un callejón sin salida.

Otro paso entre rocas, el cual nos dejara directamente...

...en la planicie cimera del Castellón de los Toros.


Cresta de lapiaz que limita la zona más elevada del Castellón de los Toros.




Aunque no podemos ver gran cosa, el espectáculo desde la cima es soberbio.

El Puntal de las Cabras.

Descendemos por el mismo lugar al sendero de la Cuesta.


De nuevo atravesamos los pasos entre rocas, ahora en el descenso con más cuidado, pues con las rocas mojadas podemos resbalar.



Las Guitarras de las Banderillas.


El Recó del Aguamula.

Cortijo de la Fresnedilla...

..., el que fuera morada de Máximo Fernández Cruz.

Otros cortijos del paraje de la Fresnedilla.

La primera vez que visité éste cortijo, hace ya unos cuantos años, parecía que lo habían abandonado el día anterior. Lástima lo que queda de él y más conociendo la historia de su dueño.



El Recó del Aguamula.

Mirador de la Fresnedilla.

Lo poco que podremos ver hoy de las Banderillas.


Banderillas.

Valle del Aguamula y la Piedra del Mulón.





Desembocadura del arroyo de la Campana en el Aguamula en la zona de las Tablas.


Llegamos a los bonales cerrando el broche de éste recorrido.









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